Clasismo es el prejuicio y discriminación basados en la pertenencia o no a determinadas clases sociales. Según el diccionario de la RAE, es la actitud de quienes defienden la discriminación por motivos de pertenencia a otra clase social.1? Por lo general, un clasista asume su pertenencia a una u otra clase y obra en consecuencia para beneficiar los intereses de quienes son de su misma clase y en perjuicio de quienes no pertenecen a ella.
La discriminación clasista es posible debido a que se asume que la sociedad está separada en clases sociales. De la discriminación clasista son víctimas quienes ocupan una determinada clase social: clase baja, clase media y clase alta.
El clasismo es un fenómeno heredero del racismo. El origen de la discriminación no se basa en este caso en diferencias étnicas, sino en la pertenencia a diferentes clases sociales, debido a las condiciones socioeconómicas del individuo o grupo social. El problema se agrava cuando la estratificación de las clases coincide con determinadas etnias, produciéndose un solapamiento de sentimientos discriminatorios racistas y clasistas.
Existen ideologías políticas fundamentadas en algún tipo de clasismo. De acuerdo a Max Weber, por ejemplo, una vez un grupo o clase ha obtenido un estatus elevado a través de ciertos logros, sus miembros tienden a limitar las oportunidades de que otros individuos las sustituyan, lo que a su vez genera conflictos que pueden incluso desembocar en revoluciones.
Corriente Clasista / GOR
El Grupo Obrero Revolucionario (GOR), arranca su vida independiente a finales de 1970, como resultado del debate que entre el IV y V Congreso del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) se desarrollaría en torno a conceptos como "lucha armada", "autodefensa" y "guerra revolucionaria". Durante los siguientes años irá acogiendo en sus filas adiferentes desprendimientos del PRT-ERP, fundamentalmente procedentes del ámbito sindical, y de la ruptura que en 1973 había dado la Fracción Roja. El GOR asumirá la acción armada con un carácter eminentemente propagandístico y de apoyo a la movilización obrera, bajo una concepción que intentaba sintetizar la lucha armada y la militancia clasista, poniendo énfasis en la organización autónoma de la clase obrera y en el papel fundamentalmente de propaganda y de autodefensa de la acción armada.
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Avanzada Telefonica
La Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTel) fue? una empresa pública argentina creada en 1946 por el gobierno de Juan Domingo Perón, tras la nacionalización de la Unión Telefónica, principal empresa del rubro en Argentina. Según estaba previsto el Estado mantendría sólo el 51% de la nueva empresa, mientras que el 49% restante estaría en manos privadas. Por esta razón, el nombre de la nueva sociedad fue Empresa Mixta Telefónica Argentina (EMTA).
En 1948 el Gobierno la rebautiza como Teléfonos del Estado. En 1956 la empresa cambió de nombre pasándose a llamar ENTel, denominación que mantuvo hasta su disolución en 1990, salvo durante un breve lapso en 1960 en el que se llamó Empresa Nacional de Teléfonos.
En 1944, se funda la Federación Obrera de Telecomunicaciones de la República Argentina (FOTRA), cuyo líder Luis Gay, sería clave en la histórica jornada del 17 de octubre de 1945 y posteriormente sería uno de los fundadores y referentes del Partido Laborista, una estructura política que acompañó la elección de Juan Domingo Perón. El 20 de abril de 1950, en el marco de regularización del gremio telefónico, se crea la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA), que obtiene la personería gremial el 16 de junio.
En la década de 1960, al finalizar la dictadura autotitulada Revolución Libertadora comienza una segunda expansión de la empresa. En 1961 se crea en Argentina la primera central a nivel mundial del sistema de rotación EMD, que fuera conocido como el Sistema Morón, atento a que en esa ciudad bonaerense se encontraba ubicada la base. En ese mismo año comienza a desarrollarse el sistema de Telex en el país, posibilitando el envío y recepción de documentos escritos desde un punto a otro del territorio nacional.?
En 1954 se inaugura el Centro de Larga Distancia se esbozaban también otros centros de concentración (Centrales Tandem) para la Capital Federal: El Tándem Belgrano, para servir el área norte de la capital y sus suburbios; el Tándem Flores para servir el área oeste de la capital y sus suburbios; el Tándem Barracas para servir el área sur de la capital y sus suburbios; y el Tándem General Urquiza. Para 1955, con ya 10 años de gestión, la empresa elevó la cantidad de aparatos de 237.023 a 1.547.858.
En 1962, por intermedio del Decreto 770/62, se decide que el 25% de los ingresos de la Empresa en concepto de explotación de los servicios, serían destinados a planes de inversión en obras públicas con el objeto de mejorar, en forma sustancial, la calidad y cantidad de servicio a los abonados.?Entre 1950 y 1970, etapa de sustitución de importaciones, se comienza a desarrollar la industria electrónica nacional basada en el diseño y fabricación de bienes de consumo con alto grado de integración local, entre ellos teléfonos. Se lograron importantes avances para controlar tecnologías de fabricación de dispositivos semiconductores, con lo que se logró mejorar el pulso telefónico.?
El 20 de septiembre de 1969 se inauguró oficialmente la Estación Terrena de Balcarce I, en la provincia de Buenos Aires, con una antena de plato de 30 metros de diámetro. Ese año se inició en la Argentina el servicio de teléfono medido, el primero en Latinoamérica, y en 1970, el telediscado con el interior.3?
En 1972, se inauguró la Estación Terrena de Balcarce II y luego la Estación Terrena de Bosque Alegre, en la provincia de Córdoba. Durante esa década las cabinas telefónicas fueron modernizadas instalándose más 47 000 teléfonos públicos.
Coordinadora Gremios en Lucha.
Aquí surge el antecedente más claro de las Coordinadoras del ’75, porque los dirigentes de estos gremios se ven obligados, por la situación concreta, a nuclearse por fuera de las estructuras tradicionales, nace así la Coordinadora Nacional de Lucha Sindical. Ongaro (FGB); Tosco (LyF-Cba.); Piccinini (UOM-Villa Constitución); Tortosa (APBA); Salamanca (SMATA-Cba.); Di Pasquale (Farmacia); Aguirre (ATE-Rosario); Santillán (FOTIA-Tuc.) son los principales dirigentes.Paralelamente se forma la regional Buenos Aires de esta Coordinadora que albergaba una importante cantidad de gremios, comisiones internas y delegados de sector. (Bagley; Martín Amato-Indiel; Tensa; Tamet; Saiar-Rheem Avón; Astarsa; Squibb; Gráfa; del Carlo, ferroviarios de distintas líneas; estatales de variadas reparticiones, son los que recuerdo entre muchos otros formaron esta regional.)
Este encuadramiento se reprodujo con las diferencias del caso en Rosario, Tucumán, La Plata y su zona de influencia..
Así es como por el alza de precios y la presión de la burocracia sindical, (hubo fuertes enfrentamientos entre las alas “vandorista” y “colaboracionista”, triunfó la primera) el gobierno adelantó el llamado a paritarias para marzo del ’75, estas paritarias no sólo tratarían salarios, como era el llamado original, sino también condiciones de trabajo, la intención de la burocracia no era otra que consolidar los avances efectivos logrados en los años ’73 y ’74.
Pero para tener la fuerza necesaria para lograrlo se ve obligada a “abrir la mano”, a dejar hacer. Esto es, a permitir la libre expresión y movilización de las bases. La elección de los delegados paritarios se convierte así en otro campo de batalla donde crecía día a día la presión y la exigencia de participación de las bases.
En algún sentido la situación estaba fuera de control por parte de las patronales y también por parte de la burocracia, crecía el papel de las Comisiones Internas y de los Cuerpos de Delegados y proliferaban las agrupaciones antiburocráticas, integradas por trabajadores en su calidad de tales sin demasiada interferencia de sus adhesiones políticas. La unidad social era un hecho.
Frente a esta situación el gobierno se retira de las negociaciones, crece la figura del “brujo” Lopez Rega y se impone un nuevo Plan Económico: “el rodrigazo”. Este nuevo plan significó una fuerte devaluación y un alza de precios y tarifas más que significativo.
La reacción no se hizo esperar. El epicentro de la protesta fue una vez más Córdoba, grandes movilizaciones y paro general, que rápidamente se extendió a Rosario, Mendoza y Capital y Gran Bs.As., se constituye la Mesa de Gremios en Lucha.El “vandorismo” impulsaba la movilización y la ofensiva sindical, esta vez en forma conjunta por direcciones y bases, y obligó al gobierno, para descomprimir la situación, a retomar las negociaciones paritarias, se obtienen así incrementos salariales mayores al 100%. De esta negociación surge el famoso convenio obtenido por la UOM, creo que un 130% de aumento, que pasa a conocerse como el convenio testigo.
El paso posterior era la homologación de esos convenios, y por lo tanto la sanción con fuerza de Ley de los acuerdos alcanzados, esta disputa se convirtió en un eje que permitió centralizar todas las luchas a nivel nacional.
Finalmente el gobierno desconoció los acuerdos, y solo ofreció un incremento general de salarios del 50%. La burocracia sindical quedó descolocada, especialmente el ala “vandorista”, por lo que el ala “colaboracionista” volvió a ganar posiciones y finalmente impuso entrar a la negociación con el gobierno.
Esto fue la gota que faltaba para desbordar el vaso. La gente explotó en las fábricas, en los establecimientos, en las oficinas. Un estado asambleario permanente se adueño del mundo obrero, movilizaciones espontáneas surgían por todos lados, el país se fue paralizando lentamente, comenzó por el interior y luego Capital y Gran Bs.As. La gente rebasó a los dirigentes, el Gobierno implantó el Estado de Sitio, nadie se dio por enterado. La Ley de Seguridad resultaba inaplicable.
La Coordinadoras se hicieron fuertes en Capital, Gran Bs.As.; La Plata; Córdoba; Rosario y Mendoza. No siempre se le da el verdadero valor que tuvo esta forma de organización que reconocía también criterios geográficos, zonales y por gremios, un verdadero entramado social.
Las Coordinadoras de Capital y Zonas Norte, Sur y Oeste en el Gran Bs.As.; la de La Plata, Berisso y Ensenada o las Coordinadoras de gráficos, estatales, ferroviarios, de la salud, metalúrgicos entre otras.En este contexto de luchas, paros y movilizaciones muy radicalizadas, con fuertes contenidos antipatronales y anticapitalistas, donde las tendencias de clase iban ganando terreno rápidamente, la situación política se deterioraba día a día, y las Coordinadoras pasaron de las reivindicaciones económicas a las políticas. Si antes, del conflicto entre fracciones se pasó al conflicto capital-trabajo al interior de fábricas y establecimientos, ahora desde allí se trasladaba al plano nacional con la huelga general y el enfrentamiento con el Estado y su gobierno.
La CGT lanzó un paro de 48hs. acatado masivamente, que concluyó con la caída de Lopez Rega y el reconocimiento de las paritarias.
Frente a esto la CGT levantó el paro antes de que se cumplieran las 48hs. establecidas pero el movimiento estaba lanzado, buena parte del país siguió paralizado varios días más y la movilización, el estado asambleario y los conflictos continuaron.
El Plenario Nacional de la Coordinadoras, que se hizo en Beccar, intentó dar una respuesta política la nueva situación abierta, allí el eje fue cómo pararse frente a la militarización del país y el posible golpe de Estado que parecía anunciarse.El respeto a las libertades públicas, el derecho a reunión, el fin de las persecuciones a dirigentes y activistas, el fin de los asesinatos, formaron parte del programa en discusión que incluía la cuestión democrática como un eje central.
“Los trabajadores petroquímicos, ante la noticia de que no se homologarían las convenciones colectivas de trabajo y se daría un aumento por decreto del 50%, ganamos la calle para defender con nuestra lucha lo que la clase dominante pretendía quitarnos con la lapicera. En esas jornadas nos encontramos en la calle con miles de trabajadores de distintas ramas de la producción y codo a codo luchamos hasta abortar la política económica, arrancando de los resortes del poder a los ministros del hambre popular”.
“Pero los salarios conseguidos en las paritarias van perdiendo día a día su poder adquisitivo ante el incesante alza del costo de la vida, que se refleja en el aumento de tarifas e impuestos, gas, electricidad, materiales de construcción, ropa, útiles escolares, y todos los artículos de la canasta familiar, etc. Se nota también en la quiebra de los pequeños productores, en la paralización de los planes de vivienda, en el estado calamitoso de los hospitales, desabastecimiento, en la inflación que ha alcanzado porcentajes que van desde el 200% al 450%; en la gran cantidad de desocupados, que genera una mayor oferta de mano de obra y por consiguiente una constante desvalorización de la misma; en la supresión de las libertades democráticas; manteniendo el Estado de Sitio, que hace que compañeros como Piccinini, Ongaro, Zamboni, etc. deban permanecer presos o irse del país sin haber cometido otro delito que defender los intereses de la clase trabajadora. En la intervención a sindicatos democráticos –Luz y Fuerza, Smata (Córdoba), UOM (Villa Constitución), Cetera (Nacional), etc.– se aprecia que nuestra victoria fue parcial en nuestros compañeros más representativos y honestos que han regado con su sangre el camino de nuestra emancipación definitiva, mudos testigos de la represión y la barbarie a la que nos somete la clase dominante”.
“Todo lo expuesto deja medianamente claro que la crisis social, política y económica día a día se agudiza. Por ello se hace necesario que los trabajadores coordinemos nuestras luchas, que nos unamos a los efectos de que unidos y organizados demos por tierra con todos los intentos del gobierno, burocracia sindical, milicos y explotadores de sumergirnos en la miseria física y social que han programado para nuestra clase, y que se viene cumpliendo tal cual lo detallamos sintéticamente en los párrafos anteriores”.
“Con ese pensamiento y esa necesidad y como consecuencia de las luchas de julio, la C.D. del Sindicato Petroquímico, junto al frente gremial docente, compañeros de John Deere, Hanomag, Construcción, UPCN, Judiciales, Municipales, Bancarios, Mercantiles, Metalúrgicos, Sanidad, Duperial, Ceramista, Vilver (Villa Constitución y Rosario), Sulfacid, etc., constituyeron la Mesa Provisoria de la ‘Coordinadora de Gremios en Lucha’ y sigue trabajando para la conformación definitiva de la misma.
“Si los patrones coordinan para explotar, los trabajadores coordinamos para erradicar la explotación”.
Los Gremios de la Zona Industrial volvían a parir una nueva Organización, como lo habían hecho cuando se conformó la Intersindical en 1969. La “Coordinadora de Gremios en Lucha” estuvo integrada por algunas conducciones sindicales, comisiones internas de varias fabricas, agrupaciones obreras y activistas gremiales. Su funcionamiento se caracterizó por un amplio ejercicio de la democracia obrera en todas las instancias.
Fueron quince días en que el país estuvo prácticamente paralizado, con masivas y permanentes marchas obreras en todo el territorio nacional, especialmente en los cordones industriales. Las concentraciones en Plaza de Mayo y en las principales plazas del país, a pesar de la burocracia, adquirieron un claro contenido político, exigiendo y logrando la anulación del “decretazo” de Isabel Perón y la renuncia de sus ministros Rodrigo y López Rega.Se fue dando un espacio donde surgieron las Coordinadoras, formas organizativas de la clase obrera, sustentadas en la acción conjunta, la solidaridad, los principios de la democracia de base y la defensa de sus intereses.
En el caso de la “Coordinadora de Gremios en Lucha de la Zona Norte del Gran Rosario”, a diferencia de otras surgidas en distintos puntos del país donde las organizaciones fabriles desbordaron a los dirigentes sindicales, ésta estuvo integrada e impulsada por varias conducciones sindicales combativas y clasistas.
Adolfo Gilly afirmó: “El control por el Estado desde arriba, a través de los dirigentes peronistas, el empuje y la organización de los trabajadores desde abajo marcó desde entonces (1945) a los sindicatos industriales de masas argentinas. En el ‘Cordobazo’ de 1969, pero sobre todo en la huelga general de julio de 1975, la tensión permanente entre estas dos determinaciones entró en conflicto antagónico. En ambas ocasiones, el factor decisivo de organización de las luchas fueron los organismos de fábrica. Pero en 1975 éstos desbordaron durante varios días a la alta dirección sindical, se coordinaron independientemente de ella y entraron en contradicción directa con el gobierno peronista y con el Estado”.
Desde 1969 se fueron dando formas organizativas democráticas, con gran participación de las bases obreras, desde esos días hasta el golpe de 1976, los fenómenos que caracterizaron la situación del país fueron los siguientes:
Imposibilidad de mantener la conciliación de clases en el terreno de la producción.
Se puso al rojo vivo la contradicción entre economía y política.
La burguesía se debatió en su impotencia para gobernar, que se expresó en: debilitamiento del ejecutivo, ruptura de la prescindibilidad de las Fuerzas Armadas y necesidad del reforzamiento de sus instituciones.
Indisciplina social y productiva. La indisciplina fabril y la anarquía social carcomían el “cuerpo social”.
Smata
El SMATA se fundó en la década del 40, y como todos los gremios de esa época, se ajustó al modelo sindical que proponía el General Perón: el movimiento obrero obtenía ciertas concesiones, pero a costa de que sus organizaciones se burocratizaran. Los “dirigentes” se independizaban cada vez más de sus bases, al mismo tiempo que se subordinaban más al partido peronista y al Estado. “Los sindicatos son de Perón” era la máxima del SMATA, y de toda la burocracia.
Bajo ese modelo llegó el SMATA al ascenso obrero de los años 60/70. Y ese modelo empezó a crujir: los trabajadores enfrentaban a los patrones y también a los gobiernos, la mayoría militares. Y como parte de esas peleas, elegían a delegados combativos y comisiones internas que no respondían a la burocracia: la izquierda ganaba peso en las grandes automotrices de Córdoba y el Gran Buenos Aires.
Sitrac, Sitram, Fiat, Perkins, Ika-Renault, Peugeot, General Motors. En todas ellas los trabajadores elegían a delegados de base clasistas para discutir a las patronales las condiciones de trabajo y los ritmos de producción, decidían en asambleas, emprendían conflictos durísimos que incluían tomas, rehenes y enfrentamientos con la policía, se aliaban a trabajadores de otros gremios y a estudiantes combativos.
Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) es el sindicato que agrupa a los trabajadores de la industria del automóvil en la República Argentina. El SMATA ha sido tradicionalmente uno de los sindicatos importantes del movimiento sindical argentino. A sus filas pertenecieron Elpidio Torres, Adolfo García, Luis Bazzano, Dirck Henry Kloosterman, José Rodríguez y Mario Manrique, quienes se desempeñaron como secretarios generales. Su secretario general desde 2012 es Ricardo Pignanelli.
Fue fundado el 1 de junio de 1945 con el nombre de Sindicato de Mecánicos y Afines (SMAA), dentro de la Confederación General del Trabajo (CGT), nucleando básicamente a los trabajadores que se desempeñaban en los talleres mecánicos de reparación de automóviles y por afinidad a los trabajadores relacionados con la actividad automotriz. En 1948 tomó su nombre definitivo.
El sindicato está afiliado a la Federación Internacional de Trabajadores de la Industria Metalúrgica (FITIM).
Villazo
A fines de la década del 60, en un contexto de ascenso revolucionario a nivel internacional, se extiende por diversos puntos de la Argentina una enorme lucha obrera y popular que va a hacer una experiencia contra la dictaduras de Onganía y Lanusse y más adelante también con el propio peronismo. El sur de la provincia de Santa Fe no se quedó atrás, y en la convulsiva época abierta con el Cordobazo y los dos Rosariazos de 1969 comenzaron a verse tendencias a la acción directa, huelgas con tomas de fábrica y manifestaciones clasistas y contra la burocracia sindical traidora.
Al calor del descontento obrero, surge una nueva generación de dirigentes sindicales en la ciudad de Villa Constitución, formada entre otros por Angel Porcu, los hermanos Delmasse, Félix Delbó y, el principal dirigente, Alberto “Pichi” Piccinini, futuro Secretario General de la UOM. Este grupo de dirigentes no solo cuestionará por izquierda a la conducción nacional sino también a la regional, eligiendo en 1968 nuevos delegados, combativos y de clase, y formando el GODA (Grupo de Obreros de Acindar) que se reagrupará en 1970 pasando por distintos niveles de organización: 1) el GOCA (Grupo de Obreros Combativos de Acindar, un nivel clandestino); 2) El Movimiento de Recuperación Sindical (MRS, semiclandestino) y 3) el Movimiento Metalúrgico 7 de Septiembre (amplio y legal, creado ante las perspectivas de las elecciones de 1973).
A mediados de 1973, la “Marrón”, lista de delegados combativos encabezada por Piccinini arrasa en la elección de Comisión Interna de Acindar.
El primer Villazo. Contundente triunfo contra la burocracia sindical
La seccional de Villa estaba intervenida desde 1970 por la UOM nacional. A principios de 1974, llegan a Villa los nuevos interventores de la seccional, Fernández y Oddone, dos prepotentes “del palo” de Lorenzo Miguel, que no iban a tolerar que el ejemplo de la Marrón se consolidara en la seccional y se extendiera su ejemplo. Se convoca a elecciones de la UOM en todo el país menos en Villa. Desde el primer momento la Interna combativa tendrá que enfrentar los ataques y las provocaciones de los interventores, que al llegar recorren la planta junto con Ranure, miembro de la AAA, advirtiendo que “entre los delegados había comunistas y que era deber de todo peronista votar a los delegados peronistas”. Hubo insultos, se pararon algunas secciones y varios compañeros intentaron golpear a los provocadores. La UOM nacional responde en seguida, expulsando a la CI y a muchos delegados. Es a partir de esto que el 8 de marzo comienza, votada en asamblea general, la histórica huelga con toma de fábrica en reclamo de, entre otros puntos, la restitución en la UOM de los delegados y los miembros de la CI sancionados y la normalización de la seccional. La lucha contó con dos momentos; en la primera fase se consiguió la restitución de los expulsados y en la segunda, que culminó el 16 de marzo, se logró que se aceptara comenzar la normalización y la convocatoria a elecciones en la seccional. Los festejos del día 11 de marzo a la mañana, cuando finaliza la primera parte de la huelga, convocaron en la plaza central de Villa a 12.000 personas entre obreros de la fábrica y vecinos.
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Sitrac-Sitram
Sitrac-Sitram es el modo habitual con que se conocen dos sindicatos históricos que existieron en la ciudad de Córdoba (Argentina) en la década de 1960 y principios de 1970. Se trató de dos sindicatos que organizaban al personal de dos filiales aledañas de la empresa Fiat (MaterFer y ConCord): Sindicato de Trabajadores de ConCord (Sitrac) y Sindicato de Trabajadores de MaterFer (Sitram).
Ambos sindicatos fueron conducidos a partir de 1970 por dirigentes pertenecientes a la corriente sindical clasista. Estuvieron fuertemente ligados a los conflictos sindicales que rodearon al Viborazo de 1971, una de las puebladas sucedidas entre 1969 y 1972 que influyeron en la retirada de la dictadura militar autodenominada Revolución Argentina (1966-1973). Fueron disueltos en 1971.
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Agrupacion 14 de Enero
El 14 de enero de 1971 Fiat despidió a siete de los principales líderes clasistas del Sitrac, entre ellos José Páez, Domingo Bizzi, Santos Torres, y el secretario general Gregorio Flores. En respuesta los obreros ocuparon la fábrica y tomaron rehenes. El Ministerio de Trabajo ordenó reincorporar a los sindicalistas despedidos y los trabajadores levantaron la medida de fuerza al día siguiente.6
Para entonces Córdoba registraba una alta conflictividad sindical y estudiantil. El 7 de marzo la dictadura nombró al político conservador José Camilo Uriburu como nuevo interventor en Córdoba, quien al asumir declaró que llegaba para “cortarle la cabeza a la víbora que anida en Córdoba”. En respuesta a la amenaza, Agustín Tosco, secretario general de Luz y Fuerza, propuso una huelga general, que la Confederación General del Trabajo unificada declaró para el 12 de marzo, en cuyo comité de huelga participó el Sitrac-Sitram. Así comenzó la pueblada que sería conocida como Segundo Cordobazo o Viborazo, que causó la renuncia de Uriburu y llevó también a la caída del dictador Levingston, obligando al gobierno militar a abrir una salida electoral que se concretaría en las elecciones presidenciales de marzo de 1973. Durante el Viborazo, las nutridas columnas del Sitrac-Sitram movilizaron masivamente al barrio Ferreyra, aledaño a las fábricas, en un acontecimiento conocido como Ferreyrazo.
En la segunda mitad de 1971, Sitrac-Sitram convocaron al Primer Congreso de Sindicatos Combativos, Agrupaciones Clasistas y Obreros Revolucionarios, que se reunió el 28 y 29 de agosto de 1971. El congreso con el apoyo de importantes sectores sindicales, considerablemente combativos, como la Tendencia Revolucionaria del peronismo a la que pertenecía el transportista Atilio López, o el sector cercano al Partido Comunista que expresaba el secretario general de Luz y Fuerza, Agustín Tosco
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Electrum
En la ciudad de Córdoba, los trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza Motriz de Córdoba y de la Compañía General de Electricidad de Córdoba, liderados por Julio “Quebracho” Murúa, tras ser asesorados por el padre Rafael Moreno (uno de los promotores designados por Perón), comenzaron a reunirse en Santa Rosa esquina Avellaneda. Posteriormente las reuniones se realizaban en el local de la Federación Obrera Católica en la calle 9 de Julio al 800. Allí se designó a la primer comisión provisoria el 5 de febrero de 1944. Al principio nuestro sindicato se designó con el nombre de Unión Sindical de Empleados y Obreros de las Compañías Productoras de Electricidad. Esta Comisión Provisoria, además de sus funciones gremiales, elaboró el Estatuto Sindical mediante el cual posteriormente fue electo Atilio Borserini.
De allí en más, los trabajadores y sus dirigentes se encolumnaron tras una gestión de vanguardia que nos proyectaron como ejemplo de lucha por los derechos de los trabajadores, por nuestra fuente de trabajo y por la liberación nacional.
Primer Comisión Provisoria
Presidente: Julio Murúa (Cía Luz y Fuerza) – vicepresidente: Julio Barbeito (Cía Gral de Electricidad) – Secretario: Enrique Alvarez Vocos (Cía Gral) – Tesorero: Jerónimo Ortiz (Cía Gral) – Vocales: Horacio Carignano; Carlos Urquía; Jerónimo Ortiz; Bruno Cellerini; Atilio Borserini; Tomás Gómez; Juan Turíni; Juan Zanoni; Julio Minoggio; Luis Batistella; Francisco Pauluzzi, Luis Silva – Suplentes: Francisco Alejandro; Oscar Maccio; Robustiano Gallardo y Francisco Sánchez – Delegados ante la patronal: Julio Murúa y Cristóbal Sierra
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