lunes, 16 de marzo de 2020

La epidemia Fernández. Por Miguel De Lorenzo


A  pesar de las advertencias mundiales, a pesar de las innumerables señales, a pesar de la tempestad   Covid 19; G.G. García ( “el que más sabe de salud pública en el país”) hace menos de un mes, – el sabio ministro – sostuvo que le preocupaba más la gripe que la  pandemia.
En estos días giró en el aire y el docto funcionario sostuvo  que la velocidad  del contagio y los muchos miles afectados lo habían “sorprendido”. Tan sorprendido estaría el gobierno K, que recién ahora, cuando el mundo  entero no deja de verse sino como una inmensa  llamarada, comienza a tomar medidas y   destina fondos para apoyar la lucha antiviral.
Los hechos indicarían que se dejó pasar un tiempo precioso, para hacer  controles efectivos en Ezeiza y otros aeropuertos,  que por otra parte, cuando se hacían  daban un poco de lástima, y que aún hoy continúan siendo   de una precariedad alarmante.
Algo parecido sucedió con la implementación de adecuadas medidas de protección sanitaria  y de advertencia e información  a la población sobre las maneras de controlar y evitar posibles contagios.
De lo que no estamos para nada convencidos,  es que alguno del gobierno haya recordado que en nuestro país,  por obra y gracia de otra Fernández, nos instalaron  muy alegremente y  sin mayor  información  y sin saber el porqué de esa enajenación territorial,  nada menos que una base militar china.
Nadie conoce que es lo que pasa ahí dentro, ni quienes la habitan, ni podemos acercarnos a los alrededores, todo lo que podemos decir es que hay un territorio secreto y herméticamente cerrado de otro país, dentro del nuestro, al que ni podemos acceder, ni siquiera entrever que es lo que hacen.
Sospechamos con buenas razones, que tampoco sabe nadie si esa gente que probablemente van y vienen de China como se les ocurre, tuvieron en esos tránsitos algún tipo de control sanitario.
El encargado de abortos de los Fernández – antes llamado ministerio de salud – dice haber sido “sorprendido” por el covid 19 y deberíamos creerle, porque a cualquier ministro de salud del mundo bien puede tomarlo por sorpresa una pandemia…
Claro que la subestimó, diríamos la ignoró, o  tal vez haya creído que acabar con el virus era algo tan sencillo  como acabar con la vida de los bebés. El aborto “es un tema de salud pública” nos dijo Fernández haciendo propia la furia abortiva de G.García. Y casi todo  el parlamento, de pie,  aplaudió el anuncio del genocidio.
Pero de repente, de la nada,  apareció  el COVID 19, que dicen aquellos que saben, tambíen es “un tema de salud pública” y naturalmente el gobierno de los Fernández,   ministro incluído, quedaron agarrados del pincel sin saber que hacer, paralizados en su inagotable ignorancia.
Ginés propuso la distribución masiva de la píldora del día después, pero alguno le susurro al oído  que no sea imbécil, que eso no mata virus sino bebés.

Hay otras muertes y otras pestes, que ahora se suman a las del aborto anunciado y a las que los Fernández van tener que mirar de frente y  probablemente sin que ninguno  aplauda.

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