viernes, 29 de septiembre de 2017

CARTA AL NUNCIO APOSTÓLICO SOBRE LA SITUACIÓN DE UN MILITAR PRESO POLÍTICO, EN HUELGA DE HAMBRE.

ES HORA QUE SE TERMINE CON ESTA VERGUENZA NACIONAL!!!  ESTAMOS HARTOS DE NUESTRA JUSTICIA PREVARICADORA, CÍNICA, TUERTA Y ARBITRARIA, QUE DESCONOCE LAS NORMAS JURIDICAS ELEMENTALES.EN PROCESOS AMAÑADOS, CONTRA LOS MILITARES QUE SALVARON AL PAÍS DEL FLAGELO MARXISTA, IMPULSADO POR LA CUBA DE LOS CASTRO Y PROTAGONIZADA EN ARGENTINA POR LOS MONTONEROS Y EL EJÉRCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO, ORGANIZACIONES TERRORISTAS GUERRILLERAS SUBVERSIVAS MARXISTAS, QUE RECIBIERON APOYO Y BENEPLÁCITO DEL PODER POLÍTICO  Y MUCHOS DE CUYOS INTEGRANTES, HOY SON LEGISLADORES, PERIODISTAS, JUECES, DIPLOMÁTICOS E INTELECTUALES DE IZQUIERDA, (NILDA GARRÉ, CARLOS KUNKEL, PATRICIA BULLRICH, HORACIO VERBITZKY, ALFREDO LEUCO, EDUARDO ANGUITA, ETC, ETC.).
EN CUALQUIER OTRO PAIS OCCIDENTAL NORMAL, LOS QUE DERROTARON A LA GUERRILLA COMUNISTA SERÍAN CONSIDERADOS HÉROES.
¿PORQUÉ NO MANDAMOS A CUBA A TODOS NUESTROS GUERRILLEROS Y SUS FAMILIAS, Y QUE ALLÁ LES DEN CARGOS POLÍTICOS Y LOS RECOMPENSEN ECONÓMICAMENTE.?
UN PAÍS QUE DESTRUYE SUS FUERZAS ARMADAS, DESTRUYE SU FUTURO,

SOMOS UN PAIS BANANERO DE CUARTA Y, PARA PEOR, SIN BANANAS...

A CONTINUACIÓN LA CARTA DE LA SEÑORA ESPOSA DEL SEÑOR TENIENTE CORONEL MARTÍN RODRIGUEZ :
Posted: 24 Sep 2017 01:29 PM PDT
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUbweAeDhYsnQ8wyCSruDEYPvTamIm1DYRJtZ_FN9otqB30qmycwCR26vf258r-XH9mOjej3Qldf7XK_siX861PxlUolT-6jtFfuzENENFYgNujSwbA1KLlMwefmeJexvO7fl9WbHoa6b8/s400/HUELGA+DE+HAMBRE+7.jpeg

SE Nuncio Apostólico en Argentina
Monseñor EMIL PAUL TSCHERRIG
(1014) Ciudad de Buenos Aires

La que suscribe María Violeta Spaciuk de Rodríguez,  mis tres hijas  y mi hijo, recibimos de parte de los políticos, los periodistas y, fundamentalmente, los jueces de este país un trato discriminatorio, vejatorio e inhumano. Nuestros padecimientos tienen una sola causa, el constituir el núcleo familiar de un militar perseguido. La sociedad argentina ha consentido, por omisión u acción, el absurdo de la estigmatización y destrucción moral de sus Fuerzas Armadas¡Qué otra cosa cabe decir de la indiferencia ante del mote de“genocidas” con el que, impunemente, organizaciones de “derechos humanos” se refieren a los soldados, gendarmes y policías que enfrentaron a la subversión armada! Ni el hecho de haber dado su vida en defensa de la Patria los salva de ese ultraje. Haber pertenecido o estar ligado de alguna forma con integrantes de las bandas terroristas del ERP o Montoneros no es motivo de vergüenza y arrepentimiento sino de orgullo. Y, así las cosas, porque los “jueces” argentinos niegan que el estado respondiera legalmente y con las armas al ataque militar contra la sociedad argentina que perpetraron los subversivos. Por ende, le dan el trato de víctimas civiles objeto de perversos que de un día para otro se volvieron locos. De allí, que la sola y mera palabra, (como testigos), de los guerrilleros asesinos del capitán Viola y su hija María Cristina, haya sido suficiente para que funcionarios judiciales procesen y condenen a los captores de los homicidas.

El Tte. Cnel. Martín Rodríguez, de 71 años de edad, con diabetes, asma, hipertensión arterial y dislipidemia, marido y padre ejemplar, de trayectoria pública impecable y preso político, está en huelga de hambre porque se le ha negado el beneficio de la prisión domiciliaria que la ley estipula para los mayores de 70 años. Es su condición de“ciudadano de cuarta” lo que ha incidido principalmente para que los jueces no hayan hecho lugar a su solicitud. De haber sido subversivo hubiera sido premiado con una pensión u ocupando un cargo en la Secretaría de Derechos Humanos.

Así es que nosotros, su familia, también somos “ciudadanos de cuarta”. Advertimos con desesperación e impotencia cómo, la indiferencia de las instituciones y la actitud vengativa de los“derechos humanos”, han llevado a nuestro ser querido a poner en riesgo su vida para hacer cesar esta condición injusta e indigna a la que lo ha y nos han sometido. Los políticos y los jueces son los principales responsables de este calvario que sufren los perseguidos políticos. Ellos serán los culpables del deterioro físico de mi marido y de la angustiante situación por la que atraviesa toda su familia. Más, también tienen una gran cuota de responsabilidad las instituciones no estatales que callan ignominiosamente ante todas estas injusticias.

¿Así paga esta sociedad a los que la defendieron…?

Monseñor, los Rodríguez rezamos por usted.

María Violeta Spaciuk de RodríguezDNI 6. 400. 828

LA ÚLTIMA BATALLA DE UN SOLDADO VÍCTIMA DE LA JUSTICIA PREVARICADORA.










La última batalla

El Teniente Coronel Martín Rodríguez es un soldado veterano. Pertenece a esa clase de hombres que son aplaudidos mientras la sociedad civil los necesita y olvidados cuando el peligro ha pasado. Es esto, casi un paradigma de la ingratitud humana pero como sucede desde hace siglos, se podría decir que los soldados -sea cual sea la bandera bajo la cual combaten- están acostumbrados a esa egoísta indiferencia de aquellos, que al deber la vida y la libertad no quieren o no saben cómo pagar la dedicación que pusieron los soldados para protegerlos.
Párrafos como éste se han escrito en todos los idiomas, lo que no es probable que se haya contado nunca, es que la sociedad a la que salvaron de vivir en una “república” de borregos no sólo les haya dado la espalda, sino que hoy mira con indiferencia como la revancha -disfrazada de justicia por políticos y escribas mercenarios- les niega a ellos lo que falsamente dicen defender: derechos humanos.
El Teniente Coronel Martín Rodríguez es uno más de aquellos a los que la infame tómbola de la justicia argentina, puso en un banquillo para ser acusado sin pruebas y condenado sin apelación, con la única ayuda que necesita un juez prevaricador y un fiscal contumaz: no más de un par de testigos falsos. Vinculado a la causa de Campo de Mayo, se negaron los jueces a investigar si él había revistado en esa guarnición y se contentaron, y dejaron contentos a los mafiosos que los mandan, aceptando como verdadera la declaración de un detenido que escapó de Campo de Mayo y que alegó que: “que cree (sic) que estuvo detenido en Campo de Mayo y que una vez escuchó a través de la pared que al lado alguien hablaba por teléfono y decía “Soy el Capitán Rodríguez, deme con el Mayor Zambrano”. Al T.O.F. N° 2 de San Martín, jamás le importó averiguar quien era el Mayor Zambrano pero asumió, con inicua celeridad, que el Capitán Rodríguez no podía ser otro que él. Como una sola declaración, que además era de una patética vaguedad, no daba para condenar, se le agregó otra de boca de un sargento talabartero, expulsado del Ejército y totalmente desconocido para Rodríguez, que declaró que él había visto a Rodríguez en Campo de Mayo, agregando el sargento que se había alegrado de que a Rodríguez lo hubieran metido preso ya que a él lo habían dado de baja del Ejército por su culpa. Estas dos declaraciones -perversas en su ambigüedad- sirvieron para que Rodríguez lleve más de siete años de cautiverio.
El Teniente Coronel Martín Rodríguez es una víctima más de una “justicia” falaz y prevaricadora. Duele, pero también aburre, decir esto porque estas situaciones se vienen repitiendo desde el inicio de estas parodias judiciales. Duele porque en tantos años de siniestras puestas en escena no ha habido en esos circos judiciales ni un par de huevos ni los ovarios suficientes para que, en una muestra de dignidad que salvaría a la justicia argentina del fango en que la vienen arrastrando, juez o jueza se plantaran frente a los que han hecho de los derechos humanos una asociación ilícita dedicada al curro; curro que alguien prometió terminar, y mostraran a la República que aún hay decencia entre tantos payasos togados, pero, de entre los muchos viles que pueblan la justicia argentina, él cayó en manos de Lucila Larrandart, jueza parcial si las hay, ya que llegó a la justicia luego de ser “pesquisa” en la Conadep y querellante en los “juicios por la verdad” representando a familiares de desaparecidos; su manifiesta iniquidad quedó plasmada en el escrito que condenaba a Rodríguez, ya que utilizaba, para condenar, elementos de sus investigaciones en la Conadep. El otro juez, cómplice en esta canallada jurídica, Héctor Sagretti fue catapultado a este lugar por Eduardo Luis Duhalde, ex montonero y secretario de derechos humanos en el gobierno Kirchner.
El Teniente Coronel Martín Rodríguez tiene hoy 71 años, padece asma, hipertensión arterial, diabetes y colesterol elevado; dos veces ha pedido la prisión domiciliaria, la primera vez se rechazó el pedido de la misma manera que lo hacen los jueces que, en su cobardía, ya que en su miedo imaginan que serán escrachados, si en sus decisiones se dejan llevar por la misericordia que todo juez probo debe tener frente al sufrimiento humano. La segunda vez fue rechazada en la sala 2 de la cámara de casación. Pensar que los jueces de esta cámara aceptarían el pedido hubiera estado dentro de los difusos límites de la ilusión, ya que quien lleva allí la voz cantante es Alejandro Slokar, ex funcionario de Néstor Kirchner, ex presidente de justicia legítima y famoso por intentar, de cualquier manera, archivar la denuncia del fiscal Nisman contra Cristina Fernández de Kirchner. Los otros dos, Ángela Ledesma y Juan Mahiquez son simples cuatro de copas sumisos a los dictados del primero.

El Teniente Coronel Martín Rodríguez, ante más de siete años de injusticia y desprecio de su persona ha decidido dar su última batalla. Ha comenzado una huelga de hambre que está dispuesto a llevar hasta las últimas consecuencias. No estoy de acuerdo, quizás porque al no estar en lo que su corazón le manda, puedo dar razones, quizás insustanciales, para que no lo haga. Pero es un soldado, y si algo no se le puede negar a un soldado es caer peleando con la mirada fija en el enemigo.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Mensaje a Garcia
















 Elbert Hubbard

En la historia de la guerra cubana hay un hombre que ciertamente destaca en mi memoria como Marte en Perihelio. Al estallar la guerra entre los Estados Unidos y España era indispensable entenderse con toda violencia con el jefe de los revolucionarios de Cuba. En esos momentos este jefe, el general García, estaba emboscado en las asperezas de las montañas; nadie sabía dónde. Ninguna comunicación le podía llegar ni por correo ni por  telégrafo, y no obstante era preciso que el presidente de los Estados Unidos se  comunicara con él. ¿Qué hacer? Alguien dijo al presidente: “Si es posible encontrar a García, conozco a un tal Rowan  que lo hará”. Buscaron a Rowan y se le entregó la carta para García. Rowan tomó la carta y la guardó en una bolsa impermeable, sobre su pecho, cerca del  corazón. Al cuarto día saltó de la sencilla canoa que lo había conducido a la costa de Cuba. Desapareció por entre los juncales y después de tres semanas se presentó al otro lado de la isla, después de atravesar a pie un país hostil, y habiendo entregado a García el mensaje del que era portador.
No es objeto de este artículo la narración detallada del episodio que he descrito a grandes rasgos; lo que quiero hacer notar es lo siguiente: Mc Kinley le dio a Rowan una carta para que se la entregara a García, y Rowan no preguntó: “¿Adónde lo encuentro?”. ¡Santos cielos! He aquí a un hombre que debe ser inmortalizado en bronce y su estatua colocada en todos los colegios del país. No es erudición lo que necesita la juventud ni enseñanza de tal o cual cosa, sino la inculcación del amor al deber, la fidelidad a la confianza que se le deposita, el obrar con prontitud, el concentrar todas sus energías: hacer bien lo que se tiene que hacer: “Llevar un mensaje a García”.

El general García ha muerto, mas quedan otros muchos Garcías. Todo hombre que ha tratado de llevar a cabo una empresa en la cual necesita la ayuda de muchos otros se ha quedado azorado con frecuencia ante la estupidez de la generalidad de los hombres,  su incapacidad o falta de voluntad para concentrar sus facultades en una idea y ejecutarla.

Ayuda de pacota, craso descuido, execrable indiferencia y apatía por el cumplimiento de sus deberes, tal es y ha sido siempre la rutina; así ningún hombre sale avante ni jamás se logra éxito alguno si no es con amenazas o de cualquier otra manera se obliga a sobornar a aquellos cuya ayuda se necesita. ¡Ah, querido lector, haz tú la prueba! Te supongo muy tranquilo, sentado en tu despacho, y a tu alrededor seis empleados dispuestos todos a servirte. Llama a uno de ellos y hazle este encargo: “Favor de buscar la enciclopedia y hacerme un breve memorando acerca de la vida del Correggio”. ¿Esperas que tu dependiente con toda calma te conteste “Sí, señor” y vaya tranquilamente a poner manos a la obra? ¡Mil veces no! Abrirá desmesuradamente los ojos, te mirará sorprendido y te dirigirá una o más de las siguientes preguntas: ¿Quién fue? ¿Cuál enciclopedia? ¿En dónde está la enciclopedia? ¿Esto me corresponde a mí?
Usted quiere decir Bismarck, ¿no es cierto? ¿No sería mejor que lo hiciera Carlos? ¿Ha muerto ya? ¿Lo necesita usted en seguida? ¿No sería mejor que le trajera el libro para que usted mismo lo buscara? ¿Para qué lo quiere usted saber? Apuesto diez contra uno a que, después de haber contestado a tales preguntas y explicado cómo hallar la información que deseas y para qué la quieres, tu dependiente se marchará confuso e irá a solicitar la ayuda de sus compañeros para “encontrar a García”, y regresará después para decirte que no existe tal hombre. Puedo por excepción perder la apuesta, pero en la generalidad de los casos tengo muchas probabilidades de ganarla. Si conoces la ineptitud de tus empleados, no te molestarás en explicarle a tu ayudante que Correggio se encuentra en la letra C y no en la K; te limitarás a sonreír e irás a buscarlo tú mismo. No parece sino que se hace indispensable el nudoso garrote y el temor de ser despedido el próximo sábado para retener a muchos empleados en sus puestos. Solicítase un taquígrafo y de cada diez que ofrezcan sus servicios nueve no sabrán escribir con ortografía y algunos de ellos considerarán este conocimiento como muy secundario. ¿Podrá tal persona redactar una carta a García? -¿Ve usted a ese tenedor de libros? -me decía el administrador de una fábrica. -Sí... ¿y bien? -Es un gran contador, pero si le confío una comisión tal vez por casualidad la desempeñe con acierto, pero temo que en el camino se detenga en cada cantina que encuentre y cuando llegue a la Calle Real haya olvidado completamente a qué fue. ¿Crees, querido lector, que a tal hombre se le pueda confiar un mensaje para García? Últimamente ha sido promovida nuestra compasión por los enternecedores lamentos de los desheredados, esclavos del salario que van en busca de empleo y esos ecos a menudo van acompañados de maldiciones para los que están arriba. Nadie compadece al patrón que envejece antes de tiempo esforzándose en vano para conseguir que el aprendiz chambón ejecute un trabajo bien ni nos ocupamos del tiempo y paciencia que pierde en educar a sus empleados en sus quehaceres, empleados que flojean en cuanto vuelve la espalda. En todo almacén o fábrica se encuentran muchos zánganos y el patrón se ve obligado a despedir a sus empleados todos los días por su ineptitud para defender los intereses de la negociación; a éstos siguen y seguirán muchos iguales. Ésta es invariablemente la historia que se repite en tiempo de abundancia, sólo que cuando por efecto de las circunstancias escasee el trabajo tendrá el jefe la oportunidad de escoger con más cuidado, señalando la puerta a los ineptos y holgazanes. Por interés propio, cada patrón procura conservar lo mejor que encuentra, es decir, a aquellos que puedan llevar un mensaje a García. Conozco a cierto individuo que se halla dotado de cualidades y aptitudes verdaderamente sorprendentes, pero que carece de la habilidad necesaria para manejar sus propios negocios, y es en absoluto inservible para los demás; sufre la monomanía de que sus jefes lo tiranizan y tratan de oprimir.
No sabe dar órdenes ni quiere recibirlas. Si se le confiara un mensaje a García, contestará probablemente: “Lléveselo usted mismo”. En estos momentos este individuo recorre las calles en busca de trabajo, sin más abrigo que un deshilachado saco por donde se cuela el aire silbando. Nadie que lo conozca accederá a darle empleo; a la menor observación que se le hace monta en cólera y no admite razones. Será preciso tratarlo a puntapiés para sacar de él algún partido. Convengo de buen grado en que un ser tan deforme, bajo el punto de vista moral, es digno cuando menos de la misma compasión que nos inspira el lisiado físicamente. Pero en medio de nuestro filantrópico enternecimiento no olvidemos derramar una lágrima por aquellos que se afanan en llevar a cabo una gran empresa, cuyas horas de trabajo son ilimitadas, pues para ellos no existe el silbato; por aquellos que a toda prisa encanecen a causa de la lucha constante que se ven obligados a sostener contra la mugrienta indiferencia, la andrajosa estupidez y la negra ingratitud de los empleados que, a no ser por el espíritu emprendedor de aquéllos, se verían sin hogar y acosados por el hambre.
¿Son demasiado severos los términos en que acabo de expresarme? Tal vez sí, pero cuando todo el mundo ha prodigado su compasión por el proletario inepto, yo deseo pronunciar una palabra de simpatía por el hombre que ha triunfado, el hombre que, luchando con grandes obstáculos, ha dirigido los esfuerzos de otros, y después de haber vencido se encuentra con que lo que ha hecho no vale nada, sólo la satisfacción de haber ganado su pan. Yo mismo he cargado el portaviandas y trabajado por el jornal diario, y también he sido patrón de empresa, empleado ayuda de la misma clase a la que me he referido, y sé bien que hay argumentos por los dos lados. La pobreza en sí no reviste excelencia alguna, los harapos no son recomendables ni recomiendan por ningún motivo. No son todos los patrones rapaces y tiranos ni tampoco todos los pobres son virtuosos. Admiro con todo el corazón al hombre que cumple su deber, tanto cuando está ausente el jefe, como cuando está presente. Y el hombre que con toda calma toma el mensaje que se le entrega para García sin hacer tontas preguntas ni abrigar aviesas intenciones de arrojarlo en la primera atarjea que encuentre, o hacer cualquier otra cosa que no sea entregarlo, jamás encontrará cerrada la puerta ni necesitará armar huelgas para procurarse aumento de sueldo. Ésta es la clase de hombres que se necesita y a los cuales nada puede negarse. Son tan escasos y tan valiosos que ningún patrón consentirá en dejados ir. A un hombre así se le necesita en todas las ciudades, pueblos y aldeas, en todas las oficinas, talleres, fábricas y almacenes. El mundo entero clama por él, se necesita, urge... el hombre que pueda llevar un mensaje a García.
La industria pierde millones de pesos a causa de las disculpas de los incompetentes
Se me olvidó
No vi
No me fijé
Se me pasó
Tuve mala suerte
No me acordaba
Yo creía
No pude
No había
No sabía
Fui y se me olvidó
 Me equivoqué
Me dijeron
No le pregunté
No lo encontré
Ni modo
Creo que sí
Creo que no
¿Yo? Puede que sí
Se me hizo tarde
Voy de nuevo
Ya lo dije
Ya lo ordené
No es culpa mía

martes, 26 de septiembre de 2017

¿QUIÉN FUE EL GENERAL PERSHING AL QUE DONALD TRUMP HA PUESTO COMO EJEMPLO?


Fue uno de los militares más famosos de los Estados Unidos, que luchó contra las tribus musulmanas de Filipinas, y contra los apaches y Pancho Villa. También mandó el primer destacamento de soldados negros
A Donald Trump nadie le podrá negar que casi todo lo que sale de su boca se convierte en viral. Y lo último ha sido su mención al general John Pershing, al que citó en su cuenta de twitter tras los atentados de Barcelona, y puso como ejemplo de como se debería luchar contra el terrorismo. "Estudien lo que Pershing les hacía a los terroristas cuando les capturaba. No hubo más terrorismo islamista en 35 años", escribió el presidente estadounidense.
Trump se estaba refiriendo a un episodio (cuya veracidad nunca han confirmado los historiadores) ocurrido durante la campaña de EE UU en Filipinas contra las tribus musulmanas de Joló y Mindanao, a finales del siglo XIX. Se cuenta que en aquellos años sus soldados eran victimas de constantes atentados terroristas . Pershing no instruyo a un grupo de espias e intelectuales para que averiguen por que los mulsulmanes odian a los americanos.Tampoco mostro gestos de amistad,ni construyo ningun muro.En lugar de eso capturo a 51 terroristas mulsulmanes,les hizo cavar sus tumbas,despues los puso contra la pare y los fusilo con 50 balas empapadas con sangre de cerdo.Los mulsulmanes pueden bañar sus manos en cualquier sangre pero el simple contacto con la sangre de cerdo les hace creer que les lleva al infierno.Se ejecutaron a todos los terroristas menos a uno sus cuerpos se envolvieron en la piel del cerdo y se enterraron en las fosas cavadas por ellos mismos.Mas tarde el que quedo vivofue enviado con el mensaje a su "Mujahedin".
Los siguientes 42 años hubo paz y no se produjeron mas ataques terroristas en la region
Veraz o no, ese episodio solo es una anécdota en la intensa biografía de este militar. John J. Pershing nació en Misuri en 1860. Su primera vocación fue la de maestro, y como tal comenzó a ejercer en su juventud, creando una escuela para niños negros. Su imposibilidad de acceder a una universidad de prestigio le llevó a ingresar en West Point, no tanto por el deseo de convertirse en militar profesional, como por el hecho de que había escuchado que la educación universitaria que se impartía en la academia militar era también excelente.
Su primer destino lo recibió en 1886, siendo enviado a un fuerte de Nuevo México a luchar contra los apaches. En 1894 se encargó de crear el 10º regimiento de caballería, el primero formado por soldados negros, que recibieron el nombre de Buffalo Soldiers. Desde entonces, a Pershing se le conoció popularmente con el apodo de Black Jack.
En 1898 participó en la guerra de cuba y posteriormente, en 1909, tras ser ascendido a coronel, fue enviado a Filipinas para liderar la lucha contra las tribus musulmanas rebeldes de Joló y Mindanao. Fue entonces cuando supuestamente se produjo el episodio al que se refería Trump.
En 1916, siendo ya general, se le ordenó que dirigiera una expedición de castigo en México para capturar a Pancho Villa, quien había atacado la ciudad de Columbus en Texas. Pershing llegó a entrevistarse con Villa y le invitó a visitar Estados Unidos, pero nunca llegó a capturarle. La entrada de Estados Unidos en la I Guerra Mundial era inminente y el gobierno no quería tener abiertos dos frentes al mismo tiempo, así que el general recibió la orden de regresar a territorio estadounidense para ponerse al frente de las tropas que irían a Europa a luchar contra los alemanes.
Tras su participación en la I Guerra Mundial recibió el rango de General de Todos los Ejércitos, que no había ostentado nadie desde George Washington. Tras su retiro en 1920 los republicanos le propusieron ser candidato a la casa Blanca, pero el rechazó la oferta por su amistad con el presidente demócrata Woodrow Wilsom.
Falleció en 1948, tres años después de que acabara la II Guerra Mundial, en la que brilló un general llamado George S. Patton, que había servido como teniente a sus órdenes en Filipinas y México.

Tragedia anunciada

   
    "El que no quiera vivir sino entre justos, que viva en el desierto". Séneca

Voy a decirlo claro: la utilización política de la desaparición de Santiago Maldonado anuncia, mal que nos pese como sociedad, una inevitable tragedia. Sólo el Gobierno se beneficiaría con su aparición con vida, ya que todos los demás actores, principales y secundarios, de este drama lo necesitan ausente para siempre o, lisa y llanamente, muerto.

La hipocresía y la necesidad política llevan a estos últimos a reclamar, permanentemente y en cualquier ámbito, la aparición con vida de este joven, pero el costo que pagarían Cristina Elisabet Fernández y la Unidad Ciudadana, Horacio Perro Verbitsky y el CELS, Adolfo Pérez Esquivel y su inexplicable Premio Nobel de la Paz, Hebe de Bonafini y las Madres, Estela Carlotto y las Abuelas, H.I.J.O.S, Facundo Jones Huala (¿Jones Wallace?) y su falsa RAM, Quebracho y tantos otros subversivos si llegara a encontrarse ileso al tatuador sería inmenso. Son demasiados quienes resultarían perjudicados, y tan carentes de límites morales, que resulta imposible imaginar siquiera un final feliz.

A la luz del párrafo anterior, desde mi punto de vista indiscutible, el reclamo y el escándalo construido alrededor del caso suenan, literalmente, repugnantes. ¿De qué se disfrazarían todos los nombrados y los idiotas útiles que siempre los acompañan si un buen día se lo encontrara?, ¿se refugiarían en el silencio, sin pedir siquiera disculpas, como hicieron cuando quedó demostrado que los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble no eran hijos de desaparecidos, después de años de canalla persecución física y moral encabezada nada menos que por la propia ex Presidente?

Después del fallido intento de utilizar a la economía y al inexistente ajuste como motores de la campaña electoral, la intención de utilizar el tema Maldonado (de por sí, indiscutiblemente preocupante), como ariete para voltear sucesivamente a la Gendarmería (blanco especial por su rol esencial en las pericias por el asesinato de Alberto Nisman, amén de brazo armado del Estado), a la Ministro de Seguridad y, por elevación, al propio Presidente de la República, se ha revelado como un idéntico fracaso.

Todo el escándalo que han armado hasta ahora, incluyendo el embarrado de la investigación con la implantación de testigos y documentos falsos, no sólo no ha disminuido un ápice la intención de voto a Cambiemos en las próximas legislativas sino que, por el contrario, ésta se ha incrementado y, salvo que ocurra algo extraordinario, convertirá a la ex Presidente en la renovada "mariscala" de la derrota en el territorio más peronista del país.

El jueves la ex Presidente concedió a Infobae, representada por Luis Novaresio, la primera entrevista a un medio hostil desde que asumió en 2011. Pese a que el periodista se comportó con -para mi gusto- demasiado buenos modales, la noble viuda demostró que conserva en plenitud sus reconocidas virtudes histriónicas, aplaudidas hasta por Francis Ford que la calificó como una soberbia actriz pero, sobre todo, su enorme cinismo. Cada vez que recibió una pregunta que hubiera podido complicarla, hizo una "verónica" taurina y pidió hablar del presente y no del pasado. Huyó hacia adelante comparándose con Mauricio Macri y la corrupción que, según dijo, lo rodea; no reconoció ninguno de la pléyade de males con los cuales arrasó el país hasta los cimientos y negó firmemente su responsabilidad en cada uno de los innumerables latrocinios cometidos.  

Dada la obvia y contemporánea aceleración que han impuesto, con su finísimo olfato, los jueces federales a los procesos por corrupción que afectan a Cristina Kirchner, sus hijos, sus ministros y sus cómplices y testaferros de toda laya, es dable suponer que los conflictos violentos, en las calles y en el sur, se incrementarán en similar medida, por lo cual veremos escenarios complicados en la materia hasta, al menos, el 22 de octubre; el narcotráfico, preocupado por la exitosa campaña en su contra que encabeza Patricia Bullrich, se ocupará de la financiación. Algo de eso ya se percibe en las numerosas amenazas de bombas e injustificadas y crecientes tomas de escuelas en la ciudad de Buenos Aires por alumnos k-ideologizados, bancados por padres imbéciles y maestros politizados.

En la materia, debemos reconocer que somos un país rarísimo y absurdo, donde todo está subvertido; es más, creo que estamos todos locos. Valgan como ejemplos dos sucesos de esta misma semana: los sindicatos vinculados con la navegación aérea hicieron una huelga salvaje para frenar el ingreso de nuevos y más baratos operadores a ese mercado, pese a que han asumido el compromiso de crear miles de puestos de trabajo; y, como dije, los estudiantes, que debieran aspirar a una rápida salida laboral, ocuparon colegios para rechazar la posibilidad de realizar, durante el último año del ciclo secundario, pasantías en empresas y organismos públicos de la especialidad que han elegido, arguyendo que se transformarían en mano de obra esclava.

El seguro ingreso de la noble viuda al Senado, aún cuando para el 10 de diciembre acumule más procesamientos -recuerde el reciente y favorable fallo de la Corte en relación con el caso de Carlos Menem, afectado de idéntica incapacidad moral- continuará actuando como revulsivo al interior del PJ, pero será obligada a conformar un bloque separado por la Unidad Ciudadana, que no tiene nada que ver con el tradicional movimiento.

Se habrá quedado, entonces, sin su decisiva influencia sobre la voluntad de los gobernadores feudales que, hasta ahora, le han guardado fidelidad; me refiero a las provincias de Tucumán, Santiago del Estero, Formosa, Chaco, La Pampa, Santa Cruz, San Luis y San Juan, en muchas de las cuales, además, el kirchnerismo perderá en octubre por amplio margen. El peronismo sabe mucho de la importancia de la "caja", disciplinadora tradicional de la política, y esta se encuentra hoy en manos de Cambiemos, por lo cual es presumible que se sienta inclinado a negociar su apoyo a las leyes que el Gobierno necesita.

La señora enfrenta ya la causa más complicada, que la vincula al encubrimiento del terrorismo que voló la sede de la AMIA, y que fuera anunciada por el Fiscal Alberto Nisman, asesinado antes de poder explicarla ante el Congreso; en ella, la acusación pretende que sea procesada por un delito de lesa humanidad y, si lo consigue, transformará el tema en imprescriptible. Por lo demás, en los próximos días será elevada a juicio oral la megacausa unificada por el direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz a Lázaro Báez y los retornos que pagaron a su familia ese testaferro y otros socios, como Cristóbal López, donde se ha probado la asociación ilícita que encabezaban don Néstor y, luego, Cristina misma.

Y tiene otras preocupaciones adicionales porque, mientras ella y su hijo Máximo se encontrarán amparados por los fueros parlamentarios que les evitarán la detención, no ocurrirá lo mismo en el caso de su hija Florencia, acusada ya de la comisión de una larga lista de delitos gravísimos y no excarcelables; y siempre estará pendiente la espada de Damocles de los "arrepentidos", dispuestos a negociar la reducción de su pena complicando a sus superiores en la organización corrupta. Finalmente, le ha llegado la hora de pagar por el gigantesco daño producido, a costa de la vida de tantos argentinos, con el sólo objeto de enriquecerse sin tasa.

Bs.As., 16 Sep 17

Sesión abierta sobre "Los Mapuches en nuestro territorio, historia y actualidad".


La Operación Maldonado

Con nada más que humo, relato y coordinación, una izquierda decidida metió al gobierno en un brete del que no sabe cómo salir
http://gauchomalo.com.ar/wp-content/uploads/2017/09/samabo-e1504908992711.jpg
Pintada en Autonorte y calle 100, Bogotá, en coincidencia con la visita papal a Colombia. [Foto gentileza SGA]

La Operación Maldonado es una obra maestra. Con nada más que humo, relato y coordinación, el progresismo logró poner en jaque al gobierno y todas sus costosas estructuras, ramas, e instrumentos, encerrándolo en un brete en el que cayó estúpidamente y del que ahora no sabe cómo salir. No hay un solo dato, fotografía, filmación, rastro, huella o testimonio que acredite que el tatuador errante Santiago Maldonado haya estado presente en Cuchamen cuando allí actuó la Gendarmería en respuesta a provocaciones de unos intrusos de campos que se describen como mapuches, ni hay una sola prueba o documento que atestigüe que allí hubo una dura refriega entre los agentes del Estado y los revoltosos, ni mucho menos hay indicios de que el personaje del que todos hablan haya sido capturado y cargado en un vehículo de la Gendarmería como sugiere la versión que la sociedad acepta como cierta. Lo único cierto sobre Maldonado es que no se lo ve desde hace tiempo, incluso desde algunos días antes del episodio en cuestión. Pero desde hace un mes el país todo, la oposición por supuesto, pero también el gobierno, no hace más que hablar de Maldonado. Los medios hablan de Maldonado, los docentes hablan de Maldonado, los militantes aprovechan cualquier ocasión que se les presente para hablar de Maldonado. No debe haber nadie en la Argentina que no crea que Santiago Maldonado desapareció en un confuso episodio entre gendarmes y mapuches. Y sin embargo, no hay una sola prueba de que algo semejante haya ocurrido.1
Maldonado no aparece, es cierto, pero la historia de su desaparición, al menos hasta ahora, no tiene más entidad que el avistamiento de un OVNI. Lo que sí tiene es un importante valor aleccionador sobre dos puntos acerca de los cuales hemos insistido una y otra vez. El primero es la enorme capacidad del progresismo para utilizar en función de sus propios fines los instrumentos que una sociedad desprevenida pone en sus manos, como son los medios de comunicación y las cátedras de todos los niveles, desde hace décadas ocupados, controlados y sincronizados por la izquierda. Hasta ahora esos instrumentos habían sido utilizados para imponer una determinada visión de la realidad, o una determinada lectura de la historia. La Operación Maldonado fue un paso más allá: instaló en la conciencia colectiva la existencia de un hecho cuya realidad efectiva no ha podido ser demostrada ni comprobada en modo alguno. En una pieza magistral de prestidigitación intelectual, le hizo creer en algo cuya existencia no ha sido probada. El otro punto sobre el que alecciona el episodio comentado es la absoluta debilidad del Estado para reaccionar ante una operación como ésta. Más allá de la posición firme de la ministra Patricia Bullrich, que respaldó a la Gendarmería sin por eso dejar de investigarla, el fracaso es parejo y en toda la línea, desde la justicia que no dejó error por cometer cuando surgió el problema, y que cedió a las presiones para caratular como “desaparición forzada” un caso que apenas si admite el trámite policial de la “averiguación de paradero”, hasta la ausencia de trabajo de inteligencia, esto es de conocimiento previo de actividades o movimientos potencialmente lesivos para la sociedad y el Estado, de manera de poder controlarlos antes de que produzcan efecto, o de responder de manera adecuada si es que llegan a producirlo.
La capacidad de una minoría decidida para jugar a su antojo con un Estado débil es enorme, y este tipo de situaciones van a repetirse con contornos cada vez más violentos mientras el gobierno no se decida a presentar batalla. El arma principal de la minoría progresista es su manejo de los medios y de la cátedra, y para privarla de ella es imprescindible dar la batalla cultural. El gobierno de Cambiemos ha demostrado ya su falta de voluntad para hacerlo: desde un primer momento, se embarcó en una actitud amistosa y contemporizadora con la agenda progresista, y le confió a la izquierda el manejo de buena parte del aparato cultural del Estado, incluidos sus medios de comunicación, sus institutos de enseñanza, y sus plataformas artísticas. Los resultados de esa estrategia quedaron a la vista en la construcción del caso Maldonado y en la violenta manifestación que la acompañó la semana pasada en la capital. La sociedad, una parte al menos, mostró que su temperamento es otro, y reaccionó con energía cuando advirtió que los gremios docentes se proponían manipular las conciencias de sus niños.

HONOR Y MISERIA EN EL JUICIO POR EL OPERATIVO INDEPENDENCIA






































Por Mauricio Ortín
Participé como miles de argentinos del Operativo Independencia en la provincia de Tucumán. Todos, soldados, suboficiales y oficiales de las fuerzas legales, ya en combate, ya custodiando a los civiles, cumplimos con nuestro deber al derrotar a la Compañía de Monte “Ramón Rosa Giménez” del Ejército Revolucionario del Pueblo. Han pasado cuarenta años de aquella patriada, tiempo más que suficiente para que vencedores y vencidos escriban la historia mirando hacia adelante y no como si tuvieran los ojos en la nuca. Conviene precisar que fue el Estado nacional, presidido por el gobierno de María Estela Martínez de Perón, con la aquiescencia del Congreso, el Poder Judicial, los gobernadores y todas las fuerzas políticas el que ordenó a las Fuerzas Armadas y de seguridad aniquilar la subversión en Tucumán. Paradójicamente, casi medio siglo después, son los mismos actores políticos los que implementaron una “política de Estado” para perseguir a aquellos que cumplieron con su anterior “política de Estado” de aniquilar la subversión. Los que ayer ordenaron aniquilar, hoy se constituyen en inclementes jueces de aniquiladores. En los juicios de lesa humanidad, el del Operativo Independencia no es la excepción, lo que verdaderamente se juzga es el “delito aberrante” haber reprimido a un intocable del ERP o de Montoneros. Tanto es así que la comisión del delito de “violación de domicilio” se convierte en “lesa humanidad” si se perpetró contra el subversivo-víctima que asesinó al capitán Viola y a su hija María Cristina. Crimen, éste último, infinitamente menos grave para la justicia argentina. Y ¡guay! de que algún letrado “defensor de genocidas” en el oral se le ocurra “revictimizarlos” con preguntas le revuelvan sus “pecados de juventud”.
Párrafo aparte merece el alegato final del fiscal Pablo Camuña. Su esfuerzo retórico está dirigido a condenar al Operativo Independencia como empresa maligna para, luego, deducir la culpabilidad objetiva de los acusados por el mero hecho de haber participado en ese operativo. De allí que las pruebas resulten ociosas y el testimonio del enemigo de los imputados le baste y sobre para pedir perpetua. El alegato de Camuña podría definirse como un mamarracho jurídico “políticamente correcto” a la altura de la cobardía generalizada que atraviesa la sociedad argentina. Para Camuña, "El Ejército, con las unidades sumadas a él o puestas bajo su control, invadió y ocupó la provincia de Tucumán durante un período que llegó por lo menos hasta 1978”. Pero ¿cómo se entiende esto? Acaso, que hay que considerar al Ejército argentino como el enemigo invasor del territorio nacional? ¿Camuña coincide con la tesis de los terroristas? Es más, ¿por qué las FF.AA. ocuparon y ocupan Tucumán y el resto del territorio nacional? ¡Porque éste, todavía, es argentino! El invasor, el que hacia flamear una bandera extraña a la celeste y blanca, el que aliado al Estado cubano pretendía adueñarse de la “cuna de la Independencia” y mutilarla del territorio nacional, fue el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo).
Agrega, “que no existió una guerra"…. "Vamos a analizar y rechazar la porfiada, descabellada y por cierto cobarde alusión a la guerra”. Desconozco si Camuña había nacido cuando se libraron los combates, entre otros, de Manchalá y Acheral; pero, en caso de haber actuado de buena fe, bien podría haberse ahorrado semejante dislate poniendo atención a la montaña de documentación presentada por la defensa o a las declaraciones de los testigos-combatientes de Manchalá durante el juicio ¿Son “cobardes”, como dice Camuña, los imputados que hacen “alusión a la guerra para explicar sus conductas? ¿O son cobardes los guerrilleros que siempre la reivindicaron y la niegan en los juicios? Repugna escuchar cuando los Perdía, Mattini, Verbitsky, Anguita y compañía lloran presentándose como víctimas inocentes.. ¿Habrán sido así de miserables los que no sobrevivieron? Cuesta imaginarse a un Roberto Santucho patético y lastimero. Descartado que los subversivos fueron parte argentina del movimiento hippie mundial, quienes se encontraban de picnic en el monte tucumano predicando el amor a la naturaleza y la paz del mundo, quedan sólo dos opciones para definirlos: o fueron soldados peleando (por extraviada que fuera) su guerra revolucionaria o fueron criminales seriales, psicópatas o degenerados que asesinaban por el placer perverso de matar. Ante la duda, y a pesar del deshonor con que los ofenden los Camuña, prefiero pensar que murieron como ¿valientes? soldados. Pero hay más, ¿por qué el fiscal habría de perder r semejante oportunidad de equiparar al Operativo Independencia con el horror nazi de Treblinka, de igualar a la víctima Ana Frank con el victimario Gorriarán Merlo? Los judíos europeos fueron asesinados por el “delito” nazi de existir. Es un agravio y un deshonor al martirio de millones de inocentes el, siquiera, equipararlos con esos repugnantes seres que no respetaban ni la vida propia, ni la ajena.
Como broches del alegato, Camuña solicita al Tribunal: 1) que en la sentencia se declare que, durante el Operativo Independencia, no existió “enfrentamiento armado” (no se sabía de la adhesión a la corriente historiográfica estalinista del fiscal) y 2) que los juicios que en su época condenaron a los asesinos del capitán Viola y su hija sean declarados nulos (nadie podrá acusarlo de incoherente). El juicio al Operativo Independencia es, salvando las distancias, como el juicio por crimen de lesa humanidad que podría ¿instruirse? al comando militar que mató a Osama Bin Laden o el que podría abrirse a los 88.000 policías franceses que participaron en la caza y muerte de los dos terroristas que atentaron contra la revista Charlie Hebdó. Como mínimo, sería considerado “Traición a la Patria”.
Las cosas son así y poco o nada se puede hacer para evitar que esos ancianos se pudran en prisión. Más allá de las defensas valientes y brillantes de los abogados defensores tucumanos, no albergo la menor esperanza de justicia por parte de jueces que son fieles a la “política de Estado” antes que a la Constitución Nacional. No soy genocida, ni invasor, ni violador de los derechos humanos por haber sido parte del Operativo Independencia. Al contrario y por eso mismo me debo el reconocimiento de haber estado allí. Guardo celosamente el diploma que acredita mi participación de soldado argentino, que tiene en mi hogar el lugar de honor que se merec

PREVARICATO SISTEMÁTICO EN LOS JUICIOS CONTRA LOS MILITARES























El delito de prevaricación o prevaricato del juez casi no tenía antecedentes en nuestra historia judicial. Es que resultaba inconcebible que un juez fuera capaz de dictar una sentencia o resolución fundada a sabiendas en hechos o derecho falsos, que de eso se trata en este delito. Y mucho menos si semejante conducta se ejercitaba en causa criminal.

Aquel jurista notable que fue Sebastián Soler enseñaba, en efecto, que el prevaricato consiste en hacer pasar como derecho algo que positivamente se sabe que no lo es. Por eso advertía que no existía ni existe un prevaricato objetivo o inadvertido por el juez. El prevaricato es siempre y necesariamente doloso – no hay prevaricato por descuido o negligencia, afirmaba Soler – y, por ende, inspirado por pasiones tales como el favor, la enemistad, la bajeza: vengar un resentimiento, favorecer a quien puede otorgar ventajas.

Pues bien, la prevaricación judicial ha dejado de ser una rareza para los argentinos, por más que en apariencia la mayoría de ellos no se haya dado cuenta. Hace más de diez años que se ha instalado como conducta habitual entre los jueces a cargo de las causas llamadas de lesa humanidad, de la Corte Suprema para abajo. Con el agravante de que aquellos con la obligación de reaccionar frente a tamaña ofensa a la administración de justicia – jueces en lo  penal, Consejo de la Magistratura, Colegios de Abogados, Asociaciones de Magistrados o de ex Magistrados – guardan público silencio, mientras que en privado varios de sus integrantes admiten el crimen masivamente cometido y reconocen las tremendas consecuencias que los argentinos sufriremos por ello.

Ya habrá ocasión en que diremos cuáles serán – algunas ya están a la vista – las consecuencias para nuestra sociedad de las aberraciones cometidas en nombre de teorías o ideologías como la de los derechos humanos. En esta ocasión queremos señalar la última y brutal prevaricación cometida por los jueces que en Tucumán impusieron prisiones perpetuas o por larguísimos años a militares y policías que, cumpliendo órdenes de la Presidente de la nación elegida democráticamente, combatieron y derrotaron al terrorismo comunista en esa provincia… ¡hace más de 40 años!

Se pudo ver en ese juicio a ex terroristas, cuyas manos están manchadas de sangre, prestando testimonio bajo juramento contra los acusados. Se pudo escuchar a un fiscal de pacotilla afirmando a los gritos que el ejército argentino había actuado en Tucumán como una fuerza de ocupación. En cambio, lo que no pudo verse ni oírse fue una sola palabra de condena a estas monstruosidades del fiscal – representante del Estado – por parte de la gente que hoy gobierna – ni siquiera del Presidente, que creemos que todavía es el jefe supremo de las fuerzas armadas – y de los que fungen como dirigentes políticos y sociales.

Parece que, a propósito de lo que ha sido bautizado como el caso Maldonado, el Presidente Macri se ha mostrado asombrado o indignado – no se sabe bien – porque hay testigos que mienten abierta e impunemente, incluso ante un juez. Esta ingenuidad presidencial nos causa preocupación. Nos suena como si se dijera que el Presidente de la nación ha inventado la pólvora o descubierto América. Pero como nosotros no somos los que quieren que a su gobierno le vaya mal, nos sentimos en la obligación de decirle – y nos ofrecemos a demostrarle – que la pólvora ya fue inventada y América lleva siglos descubierta.

Presidente Macri: un breve repaso de los llamados juicios de lesa humanidad le revelará que no solamente son centenares los testigos mentirosos, sino que además lo son también los jueces que llevaron aquellos y protegieron a los perjuros. Y, de paso, empezará a vislumbrar que la farsa de esos juicios es causa principal de que la Argentina se esté quedando sin Estado, hecho puesto en evidencia por colegios tomados, juzgados federales invadidos, calles y rutas ocupadas, fuerzas armadas y de seguridad en ruinas, símbolos nacionales ultrajados, políticas de defensa abdicadas y un largo etcétera del cual seguiremos conversando.

FALLO JUDICIAL CONTRA MILITARES EN TUCUMÁN





























EN EL DIARIO LA NACIÓN DE LA FECHA, 16-9-17, EN UN PEQUEÑO RECUADRO, EN LA PÁGINA 16, SALE PUBLICADA LA NOTICIA DE LA CONDENA A PRISIÓN PERPETUA, DE VARIOS MILITARES, SENTENCIA DICTADA  POR EL TRIBUNAL ORAL FEDERAL, (TOF) DE TUCUMÁN.
ESTA CONDENA OBEDECE A LAS ACCIONES DE GUERRA LLEVADAS A CABO, POR ORDEN DEL GOBIERNO CONSTITUCIONAL DEL AÑO 1975, A FIN DE ANIQUILAR EL ACCIONAR TERRORISTA GUERRILLERO SUBVERSIVO MARXISTA, QUE SE HABÍA HECHO FUERTE EN EL TERRITORIO TUCUMANO, AL HABER TOMADO LAS FUERZAS TERRORISTAS, EL CONTROL DE DIVERSAS ZONAS RURALES.
EN EL PROCESO, LOS JUECES RECHAZARON EL PEDIDO DE LA DEFENSA DE LOS MILITARES, (QUE ARRIESGARON SU VIDA EN DEFENSA DE LA PATRIA  Y LIBERARON ESA PROVINCIA DEL PELIGRO MARXISTA), RESPECTO A QUE SE CITARA A DECLARAR COMO TESTIGO, A LA EX PRESIDENTA MARÍA ESTELA MARTÍNEZ DE PERÓN, QUIEN FIRMÓ LOS DECRETOS DE ANIQUILACIÓN DE LAS FUERZAS SUBVERSIVAS Y QUE DIERON ORIGEN AL DENOMINADO "OPERATIVO INDEPENDENCIA" .
NUEVAMENTE EL PODER JUDICIAL, HA CONSAGRADO LA IMPUNIDAD DEL PODER POLÍTICO DE TURNO, PUES EL PRESIDENTE DE LA NACIÓN EN SU CARÁCTER DE COMANDANTE EN JEFE DE LAS FUERZAS ARMADAS, DIÓ UNA ORDEN CONCRETA Y TAXATIVA DE: "ANIQUILAR EL ACCIONAR SUBVERSIVO", EN TODOS LOS ORDENES DE LA VIDA Y MÁS EN LA ACTIVIDAD MILITAR, UN SUPERIOR AL DAR UNA ORDEN SÓLO PUEDE DELEGAR AUTORIDAD PARA SU CUMPLIMIENTO, PERO NUNCA RESPONSABILIDAD, ESTA ES EXCLUSIVA DEL SUPERIOR JERÁRQUICO QUE ORDENA UNA DETERMINADA ACCIÓN.
CON ESTOS ACTOS DE PREVARICATO, QUE SE VIENEN REPITIENDO SISTEMÁTICAMENTE, EN LOS PROCESOS CONTRA EL PERSONAL MILITAR, SE CONTINÚA AFECTANDO HASTA SU DESTRUCCIÓN TOTAL, A LAS FUERZAS ARMADAS DE LA NACIÓN.
UN MILITAR ES FORMADO, INSTRUIDO  Y ADIESTRADO PARA CUMPLIR ÓRDENES, ASUMIENDO QUE EL SUPERIOR QUE LAS DA, ES Y SERÁ SIEMPRE, EL ÚNICO RESPONSABLE POR CUALQUIER  CONSECUENCIA EN EL CUMPLIMIENTO DE LAS MISMAS.
EVIDENTEMENTE: LOS POLÍTICOS, CASI NUNCA ASUMEN SUS RESPONSABILIDADES Y ES MUY DIFÍCIL QUE VAYAN PRESOS, PUES LA JUSTICIA USA OTRA VARA PARA JUZGARLOS, PODRÍA DECIRSE COMO EN EL REFRÁN: "ENTRE BUEYES NO HAY CORNADAS", Y ESTO OBEDECE COMO ES SABIDO POR TODOS, QUE A LOS BUEYES LES HAN SIDO CERCENADOS SUS ATRIBUTOS VIRILES. 

lunes, 25 de septiembre de 2017

Bajo los ojos del Almirante



























lugar dedicado a la belleza y a las cosas que todos deberiamos compartir y conocer



Flores que nunca has visto
https://mega.nz/#!Dcx1EboS!3Q-TKruV_F0tZ_SqqINh0jyyl1fHuwBeo9DcCZWsS3Q

El Ojo de Londres
https://mega.nz/#!7QgUCJDQ!IckM4HC2P1yeayPZVuukAGNMZcsnN1Kzceg4KPAtrDM

La Bamba de Areco
https://mega.nz/#!uEpxFDzI!nhp0uC5RZ9XfEOnVtiPBPSzbNG-MGv1LXME6ZwkIt0I

Hollywood Dorado
https://mega.nz/#!vUw1mCAJ!vYnKtqgbjeToC0QKMN8Hx0PGXlezNxSwGNGDuBE6lCQ

Maastrich -Holanda
https://mega.nz/#!CcA33TSS!qjxD95eQaqS0gJBKrvWUHKXJcNJDfG6BTD_QqSEjLVM

LOS MAPUCHES Y LA CODICIA INGLESA SOBRE LA PATAGONIA ARGENTINA





























Inglaterra insiste en apoderarse de la Patagonia Argentina y recurre al aval de una ONG, con sede en el puerto británico de Bristol, que promueve un “Reino" patagónico, con ayuda inglesa, los mapuches llevaron su protesta a la ONU.

El Estado argentino fue fundado sobre “los principios del racismo, la discriminación y la xenofobia”, según la acusación leída por un representante de esa comunidad, residente en Suecia



















Domingo Paine Hueudi habla ante el Consejo de DDHH de la ONU, en un espacio cedido por Auspice Stella (organización benéfica en Bristol - Inglaterra) , ong que reivindica un Reino de Araucania y Patagonia
Domingo Paine Hueudi habló en la sesión del 18 de septiembre pasado en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en un espacio cedido por una organización de nombre Auspice Stella que aparece en algunos sitios web con sede en Francia ("La Chèze" F-24640 Chourgnac d'Ans, una localidad del sudeste de ese país) y en otros como "Organización benéfica en Bristol", relacionada con The Mapuche Nation, la ONG que tiene su sede en ese puerto inglés y, pese a estar integrada casi en su totalidad por británicos, habla en nombre de una "nación mapuche".
Curiosamente, la página web de The Mapuche Nation está caída, luego de que se hicieran públicos los raros vínculos entre ese grupo y las reivindicaciones de ciertas comunidades del sur de Argentina y Chile. Sin embargo, ahora con otro sello, mantienen el mismo discurso.
Al igual que su colega Reynaldo Mariqueo, que funge de "werken" (canciller o vocero) mapuche en Bristol, Domingo Paine Hueudi también reside en el exterior (Suecia).

L organización “The Mapuche Nation”, con sede en Inglaterra, página web caída. Ahora cambio su nombre y se presentan como Auspice Stella.
Su última intervención. el 18 de septiembre en la ONU, ante el Human Rights Council, duró dos minutos y se centró en denunciar la "estigmatización" de que son víctimas los mapuches y la desaparición de Santiago Maldonado, pero incluyó también un llamativo cuestionamiento al Estado argentino que, según este vocero auspiciado por ex potencias colonialistas, tiene como cimientos el racismo, la xenofobia y la discriminación.
Llamativamente, Auspice Stella es una ONG con estatus de consultora ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas desde el año 2013.

El Facebook de Mapuche Human Rights Commission – Auspice Stella, que se presenta como Organización benéfica en Bristol.
En su texto de presentación, (en francés), señalan que su objetivo es "apoyar al Pueblo Mapuche, así como a otros pueblos indígenas de América Latina en su lucha por sus derechos fundamentales" y "para obtener de los países involucrados el respeto de la declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos autóctonos y su lucha por las tierras, los derechos económicos y culturales, la autonomía y la autodeterminación y guardar viva la memoria de Orélie-Antoine 1º, fundador del Reino de Araucania y Patagonia" (sic).
Entre sus acciones mencionan anteriores intervenciones de Reynaldo Mariqueo, vicepresidente de la Asociación, ante el grupo de trabajo de Naciones Unidas sobre pueblos indígenas en reiteradas ocasiones.

La sesión del 18 de septiembre del Human Rights Council

El siguiente es el texto leído por Domingo Paine Hueudi, que reside en Suecia.
La Argentina ha ratificado todos los instrumentos internacionales de derechos humanos  incluida la Convención Internacional sobre eliminación de todas las formas de discriminación racial.
El gobierno argentino esgrime como instrumento político la estigmatización de la protesta mapuche por proteger y recuperar su tierras ancestrales. La discriminación y la marginalidad obligan a los pueblos indígenas a protestar como último recurso para ser escuchados por el poder político.
El 1º de agosto pasado en la comunidad Lof Resistencia Cushamen tuvo lugar una manifestación para exigir la libertad de su autoridad lonco Facundo Jones Huala y en contra de la multinacional Benetton por la usurpación de parte de su territorio ancestral.
En dicha ocupación, según testigos presenciales, Santiago Maldonado fue secuestrado por la Gendarmería argentina sin que haya noticias de su paradero hasta el momento.
Senadores y parlamentarios argentinos han criticado la negligencia de la ministro Bullrich y todo su juego de hipótesis destinado a encubrir la gendarmería. Sus declaraciones denigran al pueblo mapuche revitalizando el racismo, la discriminación y la xenofobia, los cuales tienen su origen desde los cimientos mismos de la fundación del Estado argentino.
La desaparición forzada de Maldonado al propio estilo de una dictadura ha causado consternación en Argentina.
La ministro Bullrich impuso un pacto de silencio entre el gobierno y la gendarmería.
Asimismo deploramos la intromisión del gobierno en la investigación judicial que atenta contra la independencia e imparcialidad de los jueces.