miércoles, 18 de septiembre de 2019

LA DESTRUCCIÓN DE LAS FUERZAS ARMADAS POR LOS SUCESIVOS GOBIERNOS DESDE EL AÑO 1983 Y LA RESPONSABILIDAD DE LOS PRESIDENTES COMO COMANDANTES EN JEFE DE LAS INSTITUCIONES MILITARES


LOS GOBIERNOS  QUE MINIMIZAN LA DEFENSA NACIONAL  Y DESPRECIAN A LAS FUERZAS ARMADAS  HIPOTECAN EL FUTURO Y DEBILITAN PELIGROSAMENTE EL EJERCICIO PLENO DE LA SOBERANÍA Y LA PAZ INTERIOR.


LA DEFENSA NACIONAL PARA LOS SUCESIVOS PRESIDENTES DE ARGENTINA, DESDE EL AÑO 1983 HASTA LA ACTUALIDAD, ES Y HA SIDO UN INSUMO PRESCINDIBLE

Es lo mismo que bloquear conscientemente nuestras defensas naturales cuando el cuerpo está invadido por una infección generalizada.

El estado actual de las Fuerzas Armadas de la Nación, confirma el negligente, infundado e irreversible proceso de indefensión iniciado a fines de 1983 y a partir de los resultados a la vista,  ha logrado hasta el presente llevarnos  a una situación de debilidad  inédita y casi extrema y más aún si nos comparamos con países vecinos de similares capacidades, desarrollo y/o aspiraciones trascendentes.

En el día de la fecha, 18 de septiembre de 2019, trascendió un Memorando producido por el Jefe del Departamento Cirugía del Hospital de la Base Naval de Puerto Belgrano, por el cual se informa que se suspenden todas las cirugías programadas por falta de insumos básicos para la anestesia de los pacientes.

Posiblemente como en el trágico hundimiento del submarino ARA "San Juan" y la muerte de sus cuarenta y cuatro tripulantes, los políticos y legisladores buscarán culpas en los militares, pero NUNCA en los que tomaron las decisiones políticas mediante decretos o leyes que destruyeron presupuestariamente a las Fuerzas Armadas.
  
Sistemáticamente y sin excepción alguna, todos los presidentes desde 1983, han ido disminuyendo año tras año el presupuesto para cada una de las tres Fuerzas Armadas de la Nación y al desastre del instrumento militar ocasionado por peronistas, radicales y kirchneristas, actualmente se continúa  con la asignación de un insuficiente en extremo, presupuesto para la Defensa Nacional, demostrando que en este ámbito "el cambiemos" es una ficción o un eslogan para incautos. 

El desguace producido en la estructura militar a lo largo de estos treinta y seis años, se ha convertido en "una política de estado" adoptada sin solución de continuidad por todas las administraciones, independientemente de su ideología o intereses sectarios. 

No han tenido que formalizar acuerdos, a los políticos de turno, los ha unido indistinta o alternativamente, ineptitud, sentimiento de venganza ideológica o especulación electoralista y siempre en detrimento de la Defensa Nacional.

Más aún todo lo que tiene relación con la estrategia, la inteligencia, la  logística y el planeamiento militar, ha sido manejado y dominado por cohortes de políticos expertos lenguaraces todo terreno, permeables a las imposiciones de sus capataces de turno, lectores de una realidad que conviene a sus mandantes y autores de principios teóricos absurdos.

 La administración Menem, inició decididamente el descalabro de la industria nacional incluído Fabricaciones Militares, Astilleros y Fábricas Navales del Estado (AFNE), Fábrica Militar de Aviones, Astillero de Submarinos Almirante Domecq García, etc, sumado todo esto a la venta espúrea de las empresas del Estado y la indiferencia expresa hacia la Defensa Nacional. 

 La siniestra trama de los tres gobiernos kirchneristas, destruyó lo poco que quedaba en pie de las Fuerzas Armadas luego de las desastrosas administraciones militares de Alfonsín, Menem, de la Rúa y Duhalde, poniendo  en práctica efectiva una venganza política inédita en la historia del mundo civilizado, condenando a la muerte anticipada a soldados que dieron la cara cuando la sociedad los convocó a través de un gobierno constitucional, mediante el Decreto Secreto Número 261 del año 1975, para aniquilar al terrorismo guerrillero subversivo marxista, que habiendo superado largamente las capacidades de las Fuerzas de Seguridad: Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y provinciales, cometía miles de atentados: toma de cuarteles, asesinatos de militares, políticos, empresarios, diplomáticos, sindicalistas, etc.

La venganza contra los militares se materializó con  juicios amañados a través de jueces prevaricadores o sin ellos. Sólo por la voluntad omnímoda  de los ex mercenarios subversivos en cargos públicos o "CURROS" a partir del eslogan de los derechos humanos.

 El actual gobierno "que llegó para cambiar", no  difiere de sus reprobables antecesores, si nos atenemos a los resultados de su gestión en el campo militar, incluyendo el incumplimiento  de sus promesas de la campaña electoral del año 2015, de "acabar con el curro de los derechos humanos". 

Es así como la remanida promesa de "acabar con el curro de los derechos humanos" ha sido reemplazada por el "curro de la devastación de instituciones fundamentales de la Patria".  El otro curro goza de excelente salud.

Pero lo más lamentable y peligroso de este panorama es que en los meses por venir estaremos sometidos a un dilema para visualizar el gobierno futuro, entre una alternativa de burócratas casi ineptos y voluntaristas, dirigidos por "un  líder débil, sin decisión ni carisma" o una banda mafiosa de sinverguenzas sin honor  conducidos por la bandolera kirchnerista, serial experta en mentiras, desfalcos y comedias. 

Evidentemente Mauricio Macri y sus acólitos no tienen capacidad prospectiva para prever los acontecimientos por venir.

Más aún deprecian de una forma u otra la capacidad de las fuerzas del Estado para proteger a sus ciudadanos del desorden y la barbarie.

Por lo tanto la indefensión y consecuentemente la inhabilitación del Estado para actuar en defensa de sus instituciones y la vida,  es un principio aplicable para quizás huir cuando haya que luchar nuevamente por la libertad. No será la primera vez que ocurra en la historia de la Argentina.

Las instituciones militares a través de más de dos siglos de vigencia de nuestra independencia, habían conformado un  patrimonio fìsico y espiritual, necesario para su capacitación, sostenimiento logístico y de servicio al país y sus recursos naturales, recursos en extremo apetecibles por las grandes potencias extranjeras y muy a pesar de que nuestros "iluminados políticos", aseveran que la Argentina "no tiene ninguna hipótesis de conflicto".

Este patrimonio, especialmente el físico, se ha transformado en los últimos 36 años en un "coto de caza" a fin de originar negocios inmobiliarios y también ubicar a parientes, secuaces, militantes, testaferros con sueldos sobradamente generosos y hasta favoreciendo a grandes empresas prebendarias nacionales y/o extranjeras.

La mayor virtud que deben acreditar los políticos de turno, como se ha expresado, es "no saber nada de lo que deben administrar", reemplazando así a profesionales militares que han sido preparados para ello y tienen derecho lógico y natural por ser un ámbito específico de las FFAA.

Como prueba evidente de esta terrible y negativa situación para la Patria, la siguiente es la relación de las profesiones que han ostentado hasta el presente los veinte ministros de defensa designados por los presidentes desde el año 1983, como es sabido, los presidentes por imperativo de la Constitución Nacional, desempeñan el altísimo e importante cargo de "Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas": a cargo de la cartera de la Defensa Nacional han  estado, nueve (9) abogados, tres (3) ingenieros, dos (2) contadores, un (1) químico, un (1) economista, un (1) licenciado en administración, un (1) periodista, un (1) ingeniero agrónomo, un (1) médico pediátra, este despropósito no ocurre con ningún otro ministerio del país, pues en salud ocupa el ministerio un profesional de esa área, lo mismo en educación, justicia, economía, etc. 

Y, obviamente, los argumentos para justificar estas irresponsables arbitrariedades, se adaptan según las circunstancias, para consumo de una opinión pública alienada por urgencias coyunturales, permeable a razonamientos  insostenibles envasados en prolijos paquetes de mentiras, aplicables a ese fin. 

En última instancia la política de defensa desarrollada desde hace treinta y seis años por los políticos de turno, debe ser un misterioso plan de desguace para tranquilidad y satisfacción del Imperio Británico, que usurpa y explota desde el año 1833, islas argentinas del Atlántico Sur y su extenso mar circundante.

 Puede asumirse que se estaría respondiendo a un siniestro plan secreto, caracterizado por operaciones sigilosas, las cuales una vez consumadas han destruído en pocas décadas, estructuras y valores que insumieron  siglos, desde los tiempos de los fundadores de la Patria como lo fueron los generales San Martín, Belgrano y el almirante Brown, entre muchos otros. 
  
Es así como se pierden jirones de nuestra historia, valores y patrimonio material y espiritual que son irrecuperables.
  
Nuestro extensa Nación, en sus espacios terrestres, marítimos y aéreos, consolidados a través de sangre, sudor y lágrimas de nuestros ancestros junto a las Fuerzas Armadas que nacieron con la misma Patria,  está en peligro, pues según los ineptos y hasta corruptos políticos que nos gobernaron en las últimas décadas, la Argentina tiene la asombrosa capacidad de "cuidarse sola", descartando negligentemente que existan  ambiciones abiertas y/o encubiertas de conquista  o dominación, más allá o dentro de nuestras fronteras, llámense hipótesis de conflicto o como se las quiera denominar y muy a pesar de estar las islas Malvinas y otras del Atlántico Sur en poder de los piratas usurpadores ingleses.

Entonces el pensamiento prospectivo para analizar escenarios posibles en el largo, mediano y corto plazo y estar así prevenidos, no tiene utilidad práctica, porque no interesa y no se requieren planes de contingencia para enfrentar futuros conflictos graves y posibles. 

Es más, alegremente los políticos de todos los partidos afirman muy sueltos de cuerpo: "LA ARGENTINA NO TIENE HIPÓTESIS DE CONFLICTO", ignorando por ineptitud, negligencia o intereses espurios la usurpación por el pirata inglés de todas las islas del Atlántico Sur y los millones de kilómetros de sus mares adyacentes, además de los enormes recursos naturales del territorio nacional apetecidos por las potencias extranjeras: petróleo, gas, oro, litio, uranio, agua dulce, etc y una riqueza ictícola inmensa en los 6.000.000 de kilómetros cuadrados del Mar Argentino hasta las 350 millas marinas desde la costa, a lo largo de todo el litoral marítimo.
  
Cuando aparezcan las amenazas o peligros, veremos como reaccionar, dicen centenares de políticos "expertos" estrategas encaramados y sostenidos con generosidad, ejercitan sus lenguas hiperactivas en sus cómodas oficinas y también cuando les ponen cámaras de TV, para justificar su sapiencia, permeables por cierto a las necesidades coyunturales de sus capataces de turno.


Con la llegada del kirchnerismo, se consumó la venganza de los terroristas guerrilleros subversivos marxistas y mercenarios cubanos, apoyados ideológica y logísticamente por la Cuba de los hermanos Castro, terroristas derrotados militarmente por las Fuerzas Armadas de la Nación. En la actualidad soldados, militares y también civiles, combatientes por la libertad, fueron y siguen encarcelados sin derecho alguno, quitándoles su vital libertad y el contacto con sus sacrificadas familias por el resto de su existencia, habiendo muerto en calidad de detenidos hasta la fecha, alrededor de 500 militares, verdaderos presos políticos y esto muy a pesar de que en su campaña electoral, Macri afirmó taxativamente que "ACABARÍA CON EL CURRO DE LOS DERECHOS HUMANOS".

En esta ilógica y peligrosa concepción de la Defensa Nacional que estamos analizando, los integrantes de las FFAA y de Seguridad, son prácticamente herramientas que se usan cuando los peligros apremian, y luego se desechan arrojándolas por la ventana.

Y el proceso aún sigue con vigor pese a promesas preelectorales de nuestros mediocres políticos, cuyo único objetivo es llegar al poder y después veremos.
  
Y aquí está el el principal disvalor impuesto por la suicida política de indefensión nacional, pisoteando para ello los principios básicos de las Instituciones Militares, vigentes e imprescindibles a través de la historia, para la Defensa Nacional, en todos los países del mundo.

En primer lugar la sagrada vocación, la obediencia debida y el juramento de morir si es necesario cuando la Patria esté en peligro y capacitarse para ello, aceptando sacrificios y privaciones a fin de estar preparados personal y operativamente para esa emergencia.

La abolición de la "obediencia debida", insumo básico que une a los mandos militares de todos los niveles, a fin inclusive de  exponer la vida en circunstancias en que la preservación de la Patria y la sociedad lo demanden. La abolición de la "obediencia debida",  ha ocasionado la licuación de la disciplina, la confianza y la lealtad. 

Por otra parte las insuficiencias presupuestarias cada vez más marcadas y arbitrarias y la estrechez de las retribuciones para el personal militar con dedicación exclusiva, sin horarios ni límites  de esfuerzos y exigencias personales, inciden significativamente en la capacidad espiritual y operativa de los conjuntos y su compromiso de morir por la defensa de la Patria.

Ignorar desaprensivamente estas exigencias de la actividad militar, constituye una política en extremo peligrosa, entonces; ¿a quienes y con qué argumentos, orientación, objetivos, medios, encuadramiento legal y apoyo político, movilizarán nuestros "esclarecidos" dirigentes políticos a los miembros de las Fuerzas Armadas, cuando sea necesario garantizar la soberanía o restituir la paz, cuando el destino de la Patria en peligro lo haga imprescindible?

Es indudable que la convicción de las FFAA puesta en acción en los años 70 que expresaban: "animémonos y actuemos pues la Patria está en peligro", ante la realidad trágica de esos años de plomo, en las actuales condiciones de las Fuerzas Armadas no tendrá aplicación posible.
      
Por último, sorprendentemente y por primera vez en los últimos treinta y seis años, la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, le ha pedido al presidente Mauricio Macri en su condición de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, que informe qué sabía sobre el estado del submarino A.R.A. "San Juan",  hundido en noviembre de 2017 con sus cuarenta y cuatro tripulantes, esta solicitud está motivada por la querella iniciada por el padre de un tripulante fallecido en el naufragio.

El querellante, familiar del marino fallecido, requiere que el presidente Macri explique si sabía que el submarino estaba afectado por una demora de 45 meses en entrar a dique seco para su inspección, mantenimiento y reparaciones en caso de ser necesarias, cuando reglamentariamente y acorde con las expresas indicaciones de la empresa alemana fabricante, tenía que hacerlo cada 18 meses, además y entre otras preguntas, si en su condición de Comandante en Jefe estaba debidamente informado del estado de alistamiento de las Fuerzas y en particular del A.R.A. "San Juan".

Sería temerario asignar culpas antes de una exhaustiva investigación judicial, pero aquí es conveniente y necesario, transcribir, por ser de aplicación a todos los actos de un verdadero COMANDANTE en todos los niveles y más aún para un presidente de la Nación en su carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el histórico y sabio texto del "CREDO DEL OFICIAL DE LA ARMADA" :

​"A LA APLICACIÓN, BUENA CONDUCTA, SUBORDINACIÓN AL SUPERIOR, CIRCUNSPECCIÓN AFABLE CON EL SUBALTERNO, RESPETO A LAS DIGNIDADES DE LAS DEMÁS CARRERAS, URBANIDAD GENERAL, ACTIVIDAD Y CELO INCANSABLE EN LA FATIGA Y FINALMENTE, EL IDEAL DE EXPONER SU VIDA A CUALQUIER RIESGO EN DEFENSA Y GLORIA DE LA PATRIA, QUE SON LAS CUALIDADES QUE CARACTERIZAN DE DIGNO A UN OFICIAL, DEBE UNIR EL OFICIAL DE MARINA, CONOCIMIENTOS PROPIOS DE LOS MUCHOS RAMOS DE SU CARRERA, CONSIDERANDO QUE SI IGNORA NO PUEDE MANDAR Y QUE SI ALGÚN ACASO LE PONE EN CARGO SUPERIOR A SU INTELIGENCIA, ESTARÁ EN EL CONTINUADO DESAIRE DE DARLO A CONOCER A SUS SUBORDINADOS Y EN IGUAL RIESGO DE PERDER SU ESTIMACIÓN. 

Hasta la fecha, todos los presidentes, en su condición de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, debe darse por seguro, que han perdido la estimación de sus subordinados militares, especialmente de los que aún conservan claramente los conceptos de la  tradición y la virtud del honor militar.

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