El nuevo orden mundial requiere para su imposición de una nueva religión: El cientifismo, un nuevo culto carente por completo de la espiritualidad y enseñanza moral que pudieran tener religiones anteriores.
La forma más aberrante de adoración al falso dios.
Esta nos priva por completo de cualquier esperanza, al negarnos toda capacidad personal de intervenir en nuestro desarrollo personal que relega al azar y la genética. Todo está predeterminado por leyes físicas que debemos aceptar sin resistencia, la casta dominante es la mejor adaptada y por tanto superior e incuestionable.
Los inquisidores de otro tiempo, hoy visten batas blancas y el populacho que antes denunciaba posesiones demoníacas y quemaba brujas, ahora increpa a aquellos que osan poner en duda los dogmas científicos, que han pasado a ser parte de un horripilante código de conducta.
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