martes, 7 de abril de 2020

Declaración Balfour ( o como regalamos el mundo al sionismo y comenzamos la guerra en medio oriente)

La Declaración Balfour (fechada el 2 de noviembre de 1917) fue una manifestación formal pública del gobierno británico durante la Primera Guerra Mundial, para anunciar su apoyo al establecimiento de un «hogar nacional» para el pueblo judío en la región de Palestina, que en ese entonces formaba parte del Imperio otomano. La Declaración fue incluida en una carta firmada por el ministro de Relaciones Exteriores británico (Foreign Office) Arthur James Balfour y dirigida al barón Lionel Walter Rothschild, un líder de la comunidad judía en Gran Bretaña, para su transmisión a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda. El texto fue publicado en la prensa el 9 de noviembre de 1917.

Durante el período de las discusiones del Gabinete de Guerra británico, que condujo a la declaración, la guerra más amplia había llegado a un período de estancamiento; las tropas estadounidenses aún no estaban desplegadas y los rusos estaban distraídos por la agitación interna. El secretario del Gabinete, Mark Sykes, inició conversaciones formales con el liderazgo sionista el 7 de febrero de 1917, y Balfour pidió a Rothschild y a Jaim Weizmann que presentaran un proyecto de declaración pública el 19 de junio. Otros borradores fueron discutidos por el Gabinete británico durante septiembre y octubre, con aportaciones de judíos sionistas y antisionistas, pero sin representación de la población local en Palestina, y la emisión de la declaración final fue autorizada para el 31 de octubre. La discusión del gabinete sobre la aprobación describió percibidos beneficios de propaganda entre la comunidad judía mundial para el esfuerzo de guerra aliado. Se lee:

El Gobierno de Su Majestad contempla con beneplácito el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, entendiéndose claramente que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político de los judíos en cualquier otro país.

La primera parte de la declaración fue el primer apoyo público al sionismo (el derecho del pueblo judío a establecerse en la Tierra de Israel) por parte de una potencia mundial. El término «hogar nacional» no tenía precedentes en el derecho internacional, y era intencionalmente confuso en cuanto a si estaba contemplado un Estado judío. Los límites previstos de Palestina no fueron especificados, y el Gobierno británico confirmó más tarde que las palabras «en Palestina» no significaban que la totalidad de Palestina estaba destinada a ser el hogar nacional judío.

La segunda parte de la Declaración fue añadida para satisfacer a los opositores de esa política, quienes afirmaban que de otro modo se perjudicaría la posición de la población local de Palestina y se fomentaría el antisemitismo contra los judíos en todo el mundo. Mientras que la declaración tenía como objetivo proporcionar la autodeterminación en Palestina para los judíos de todo el mundo, hizo una excepción a la regla de la autodeterminación de los árabes palestinos que formaban parte de la gran mayoría de la población local; hecho reconocido por el Gobierno británico en 2017.

La emisión de la declaración tuvo muchas consecuencias duraderas. Galvanizó el apoyo popular al sionismo, llevó a la creación del Mandato de Palestina, que más tarde se convirtió en Israel y los territorios palestinos, y fue el origen del conflicto israelí-palestino, aún en curso y considerado como el conflicto más intratable del mundo. Sigue habiendo controversia académica sobre varias áreas, incluyendo si la declaración contradice las promesas anteriores que los británicos pudieron haber hecho a Husayn ibn Ali al-Hashimi, el Jerife de La Meca, en la correspondencia McMahon-Husayn.

Apoyo británico temprano
«Memorando a los Monarcas Protestantes de Europa para la restauración de los judíos en Palestina», de Lord Shaftesbury, como se publicó en el Colonial Times, en 1841.
La base para el apoyo británico a un aumento de la presencia judía en Palestina estaba vinculado principalmente con los cálculos geopolíticos y la protección del canal de Suez, tan necesario para unir las colonias asiáticas de Inglaterra a la metrópoli, si bien también incrustado idealísticamente en las expectativas evangélicas dispensacionalistas que habían motivado a lord Shaftesbury y otros grupos de presión a inicios de la mitad del siglo XIX y creado un sentimiento de apoyo entre la élite política británica hacia la «restauración de los judíos» en Palestina, además de los sentimientos cristianos de que Inglaterra iba a desempeñar un rol en el advenimiento del Milenio y la segunda venida de Cristo.

El temprano apoyo político británico se precipitó a inicios de 1830 y fue dirigido por lord Palmerston, a raíz de la crisis del Este después de que Mehmet Alí ocupara Siria y Palestina.La influencia francesa como protectora de las comunidades católicas comenzó a crecer en la región, a medida que la influencia rusa comenzó a crecer como protectora de los ortodoxos orientales, dejando a Gran Bretaña sin una esfera de influencia.El Ministerio de Relaciones Exteriores británico trabajó para fomentar la emigración judía a Palestina, ejemplificada por las exhortaciones en 1841 y 1842 de Charles Henry Churchill a Moses Montefiore, el líder de la comunidad judía británica.Tales esfuerzos fueron prematuros,ya que el sionismo no surgiría dentro de las comunidades judías del mundo hasta las últimas décadas del siglo, gracias a los esfuerzos de Theodor Herzl, un periodista judío de Austria-Hungría, cuyos esfuerzos para obtener apoyo internacional para sus ideas no tuvieron éxito durante su vida.​

Con la reorganización política ocasionada por el estallido de la Primera Guerra Mundial, los cálculos anteriores, que habían caducado desde hace algún tiempo (los propios intentos anteriores de Theodor Herzl para obtener apoyo internacional para su proyecto habían fracasado) dieron lugar a una renovación de las evaluaciones estratégicas y la negociación política con respecto al Medio y Lejano Oriente.

El sionismo temprano
El Programa de Basilea, aprobado por el Primer Congreso Sionista en 1897, en el cual la primera línea declara: «El sionismo busca establecer un hogar para el pueblo judío en Palestina garantizado por el derecho público».
El sionismo surgió a finales del siglo XIX como reacción a los movimientos nacionalistas antisemitas y excluyentes en Europa.El nacionalismo romántico en Europa central y oriental en ese siglo ayudó a impulsar la Haskalá o «Ilustración judía», creando una división en la comunidad judía entre los que veían el judaísmo como su religión, y los que lo veían como su origen étnico o nación.Los pogromos antijudíos en el Imperio ruso de 1881-84 alentaron el crecimiento de esta última identidad, dando como resultado la formación de las organizaciones pioneras como Hovevéi Zion y la publicación de Autoemancipación, de León Pinsker.

En 1896 Theodor Herzl, un periodista judío de Austria-Hungría, publicó Der Judenstaat (El Estado judío o El Estado de los judíos), en el que afirmaba que la única solución a la «cuestión judía» en Europa, incluyendo el creciente antisemitismo, era a través de la creación de un Estado para los judíos.Esto marcó la aparición del sionismo político. Un año más tarde, Herzl fundó la Organización Sionista Mundial, que en su primer congreso «instó al establecimiento de un hogar para el pueblo judío en Palestina garantizado por el derecho público». Las medidas propuestas para alcanzar este objetivo incluyeron el fomento del establecimiento de asentamientos judíos allí, la organización de los judíos en la diáspora, el fortalecimiento de la sensibilidad y la conciencia judía, y las etapas preparatorias para alcanzar esas subvenciones gubernamentales necesarias.Herzl murió en 1904 sin el prestigio político requerido para llevar a cabo su agenda de un hogar judío en Palestina.

El líder sionista Jaim Weizmann, más tarde presidente de la Organización Sionista Mundial, comenzó a vivir en el Reino Unido en 1904 y se reunió con Balfour durante su campaña electoral de 1905-1906 en una sesión organizada por Charles Dreyfus, su representante electoral judío.v​ Durante el primer encuentro entre Weizmann y Balfour en 1906, Balfour preguntó a Weizmann sobre las objeciones sionistas al Plan de Uganda de 1903, que consistía en otorgar una parte del África Oriental Británica al pueblo judío como patria.El esquema, que había sido propuesto a Herzl por el secretario de Colonias Joseph Chamberlain después de su viaje a África oriental a principios del año,había sido posteriormente rechazado tras la muerte de Herzl por el Séptimo Congreso Sionista en 1905,​ después de dos años de intenso debate en la Organización Sionista.

En enero de 1914, Weizmann conoció al barón Edmond de Rothschild, un miembro de la rama francesa de la familia Rothschild y uno de los principales defensores del movimiento sionista, en relación con una proyecto de construcción de una universidad hebrea en Jerusalén.El barón no era parte de la Organización Sionista Mundial, pero había financiado las primeras colonias agrícolas judías durante la primera gran oleada de inmigración judía a Palestina en la década de 1880, y los trasladó a la Jewish Colonization Association en 1899.Esta conexión dio sus frutos más adelante ese año cuando el hijo del barón, James de Rothschild, pidió una reunión con Weizmann el 25 de noviembre de 1914, con el fin de que él y los sionistas se alistaran para influir en los que eran considerados receptivos dentro del Gobierno británico a su agenda de un «Estado judío» en Palestina.A través de la esposa de James, Dorothy, Weizmann se reunió con Rózsika Rothschild, quien le presentó a la rama inglesa de la familia, en particular a su marido Charles y su hermano mayor Walter, un zoólogo y exmiembro del Parlamento.Su padre, Lord Nathan Rothschild, jefe de la rama inglesa de la familia, tenía una actitud cautelosa hacia el sionismo, pero murió en marzo de 1915 y su título fue heredado por Walter.

Muchos judíos británicos en esta época no eran sionistas; antes de la declaración solo 8000 de los 300 000 judíos eran considerados sionistas.

La Palestina otomana
Los otomanos habían aplicado una política restrictiva a la inmigración judía a Palestina ya en 1882, en el tiempo de la llamada Primera Aliyá, que puede ser considerada como las primeras llegadas sionistas. Aunque había cierta tensión con la población local (principalmente entre los comerciantes y las clases notables), en 1901 Constantinopla dio a los judíos los mismos derechos que los árabes para comprar tierras y el porcentaje de judíos en la población aumentó al 7 % en 1914. También en 1914, con la creciente desconfianza hacia los Jóvenes Turcos y la Segunda Aliyá, el nacionalismo árabe estaba en aumento y en Palestina, el antisionismo era una característica unificadora. Jonathan Schneer indica que «la Declaración Balfour no era, en sí misma, la fuente de problemas en una tierra que antes había estado más o menos en paz, pero tampoco era una simple señal en una carretera que se dirigía indudablemente hacia un acantilado. Nadie puede decir cuál podría ser el curso de los acontecimientos en Palestina sin ella. Lo que vino fue producto de fuerzas y factores enteramente imprevistos».

La Primera Guerra Mundial
En 1914, estalló la guerra en Europa entre la Triple Entente (Gran Bretaña, Francia y el Imperio ruso) y las Potencias Centrales (Alemania, Austria-Hungría y más tarde ese año, el Imperio otomano).El 9 de noviembre de 1914, cuatro días después de la declaración de guerra de Gran Bretaña contra el Imperio otomano, del cual el Mutasarrifato de Jerusalén (a menudo referido simplemente como Palestina) era un componente, el sionismo fue primero discutido en una reunión del Gabinete británico. En la reunión, David Lloyd George, entonces canciller de Hacienda, y cuya firma de abogados Lloyd George, Roberts & Co había sido contratada una década antes por la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda para trabajar en el Plan de Uganda,«se refirió al destino final de Palestina».

Los esfuerzos de Weizmann se aceleraron.El 10 de diciembre de 1914, se reunió con el sionista Herbert Louis Samuel, miembro del Gabinete británico, quien consideraba que las demandas de Weizmann eran muy modestas.d​ Dos días más tarde, Weizmann se reunió de nuevo con Balfour, por primera vez desde 1906.

Memorando del Gabinete de Herbert Samuel, The Future of Palestine, como fue publicado en los documentos del Gabinete británico (CAB 37/123/43), el 21 de enero de 1915.

Un mes más tarde, Herbert Samuel hizo circular un memorando titulado The Future of Palestine ante sus colegas del Gabinete. El memorando decía que «estoy seguro de que la solución del problema de Palestina que sería mucho más bienvenida a los líderes y seguidores del movimiento sionista en todo el mundo sería la anexión del país al Imperio británico».Samuel discutió una copia de su memorando con lord Nathan Rothschild en febrero de 1915, un mes antes de la muerte de este último.25​ Era la primera vez en un registro oficial que se proponía el apoyo de los judíos como medida de guerra.38​

Siguieron muchas otras discusiones, incluyendo una reunión entre Lloyd George, quien había sido nombrado ministro de Municiones en mayo de 1915, y Weizmann, un líder sionista que también fue asesor científico del Ministerio de Municiones.Diecisiete años después, en sus War Memoirs, Lloyd George describió estas reuniones como «la fuente y el origen» de la declaración, aunque esta afirmación ha sido rechazada por los historiadores.Lloyd George fue, sin embargo, el primer ministro en el momento de la Declaración Balfour y, en última instancia, responsable de ella.

1915-16: Compromisos británicos anteriores sobre Palestina
Mapa desde FO 371/4368 (1918), mostrando Palestina como una zona «árabe».

Extractos desde CAB 24/68/86 (noviembre de 1918) y el Libro Blanco de Churchill (junio de 1922).
El documento del Gabinete afirma que Palestina fue incluida en la promesa de McMahon a los árabes, mientras que el Libro Blanco afirma que «siempre se ha considerado» como excluida.

A finales de 1915, el Alto Comisionado Británico en Egipto, Henry McMahon, había intercambiado diez cartas con Husayn ibn Ali, Jerife de la Meca, en las que le había prometido reconocer la independencia árabe «en los límites y límites propuestos por el Jerife de la Meca», a excepción de «partes de Siria» situadas al oeste de los «distritos de Damasco, Homs, Hama y Alepo», a cambio de que Husayn lanzara una revuelta contra el Imperio otomano.En las décadas posteriores a la guerra, el alcance de esta exclusión costera fue muy disputado,​dado que Palestina está al suroeste de Damasco y no fue mencionada explícitamente.
Sobre la base de la correspondencia, la revuelta árabe comenzó el 5 de junio de 1916. Sin embargo, en mayo de 1916, los gobiernos del Reino Unido, Francia y Rusia también habían concluido en secreto el Acuerdo Sykes-Picot, que Balfour describió más tarde como un «método totalmente nuevo» para repartir el área, después de que el acuerdo de 1915 «parece haber sido olvidado».i​ Este acuerdo secreto fue negociado a principios de 1916 entre Mark Sykes y François Georges-Picot. Sykes era un miembro del Parlamento británico cuyo papel se había desarrollado desde su asiento en el comité De Bunsen de 1915 para tener una influencia significativa en la política británica en la región, incluyendo la creación de la Oficina Árabe, mientras que Picot era un diplomático francés y excónsul general en Beirut.55​ El acuerdo definió sus esferas de influencia y control propuestas en Asia Occidental, en caso que la Triple Entente consiguiera derrotar al Imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial.56​57​ Dividió muchos territorios árabes en áreas administradas por los británicos y franceses, y permitió la internacionalización de Palestina,56​57​ proponiendo que la forma de la administración de esa región sería confirmada después de consultar con Rusia y Husayn.56​

Estas iniciativas en tiempos de guerra, inclusive de la Declaración, son consideradas frecuentemente juntas por los historiadores debido a la posibilidad, real o imaginaria, de incompatibilidad entre ellos, sobre todo en lo que se refiere a la disposición de Palestina.58​. Basta decir, en palabras de Albert Hourani: «El argumento acerca de la interpretación de estos acuerdos es imposible de terminar, ya que estaban destinados a soportar más de una interpretación».59​

1916-17: Cambio del Gobierno británico
En términos de la política británica, la declaración fue resultado de la llegada al poder de Lloyd George, quien reemplazó al Gabinete liderado por Asquith en diciembre de 1916, ya que él y Balfour habían favorecido el reparto del Imperio otomano en la posguerra, en contraste con Asquith y Grey, quienes favorecían su reforma.60​61​

Lloyd George había querido hacer de la destrucción del Imperio otomano un importante objetivo de guerra británico, y dos días después de asumir el cargo le dijo al general Robertson, el jefe del Estado Mayor Imperial, que quería una victoria importante, preferiblemente la captura de Jerusalén, para impresionar a la opinión pública británica.Lloyd George consultó inmediatamente a su Gabinete de guerra sobre una «nueva campaña en Palestina, en cuanto El Arish hubiera sido asegurado».La presión subsecuente de Lloyd George, sobre las reservas de Robertson, dio lugar a la recaptura del Sinaí por el Egipto controlado por los británicos, con la captura de El Arish en diciembre de 1916 y Rafah en enero de 1917, y la llegada de las fuerzas británicas a las fronteras meridionales del Imperio otomano.Después de dos intentos infructuosos de capturar Gaza, en abril de 1917 se inició un estancamiento en el sur de Palestina,y la campaña del Sinaí y Palestina no lograría ningún progreso sustancial hasta el 31 de octubre de 1917.
Palestina en el mapa del Acuerdo Sykes-Picot bajo «administración internacional», con la bahía de HaifaAcre y Haifa como un enclave británico, y excluyendo el área al sur de Hebrón.

1917: Negociaciones oficiales británico-sionistas
Tras el cambio de gobierno, Sykes fue transferido a la Secretaría de la Oficina de Guerra como secretario político para Asuntos del Cercano Oriente, y encargado de reanudar las discusiones con los sionistas. A principios de 1917, a pesar de haber establecido previamente una relación con el líder sionista británico Moses Gaster,comenzó a buscar a otros líderes sionistas y fue presentado a Weizmann y Nahum Sokolow a finales de enero de 1917.El 7 de febrero de 1917 comenzaron las negociaciones oficiales entre Sykes y los líderes sionistas.

Finales de 1917: Progreso de una guerra más amplia
Durante el período de las discusiones del Gabinete de guerra británico que condujo a la declaración, la guerra más amplia había llegado a un período de estancamiento. En el Frente Occidental, la marea estaría inicialmente a favor de las Potencias Centrales durante la primavera de 1918,antes de decidirse a favor de los Aliados a partir de julio de 1918 en adelante.Aunque Estados Unidos había declarado la guerra a Alemania en la primavera de 1917, no sufrirían sus primeras bajas hasta el 2 de noviembre de 1917, momento en el que el presidente Wilson todavía estaría esperando evitar el envío de grandes contingentes de tropas a la guerra.Las fuerzas rusas se sabían distraídas por la reciente Revolución rusa y el creciente apoyo a la facción bolchevique, pero la República Rusa de Alexander Kerensky permaneció en la guerra y solo se retiraría después de la etapa final de la revolución el 7 de noviembre de 1917.

Motivación
Historiografía
Avi Shlaim dice que hay dos principales escuelas de pensamiento sobre los orígenes de la Declaración Balfour: una representada por Leonard Stein y la otra por Mayir Vereté.Señala que Stein no llega a conclusiones claras, que se sobreentiende en su narración que la declaración fue causada por la actividad y la habilidad de los sionistas; mientras que, según Vereté, fue por el trabajo de los pragmáticos obstinados motivados por los intereses imperiales británicos en el Medio Oriente.Gran parte de la erudición moderna, sobre la decisión de emitir la declaración, se centra en el movimiento sionista y las rivalidades dentro de él,con un debate clave para saber si el papel de Weizmann fue decisivo o si los británicos probablemente hubieran emitido una declaración similar en cualquier caso.Más recientemente, el historiador Martin Kramer ha argumentado que asegurar el asentimiento de los aliados de Gran Bretaña (Francia y Estados Unidos) y del Vaticano, que controlaba muchos Lugares Santos cristianos en Palestina, era una condición previa necesaria de la Declaración Balfour;  y los ensayos de Gutwein, un giro a una vieja idea, afirmando que el acercamiento de Sykes a los sionistas era para perseguir una agenda política radical en nombre del gobierno británico.x​

Los cálculos geopolíticos detrás de la decisión de emitir la declaración fueron debatidos y discutidos en los años siguientes.Algunos historiadores sostienen que la decisión del gobierno británico refleja lo que James Gelvin llama «antisemitismo patricio», la sobreestimación del poder judío tanto en Estados Unidos como en Rusia.Además, los británicos pretendían evitar la previsible presión francesa para una administración internacional.

Los británicos creían que expresar su apoyo sería atractivo para los judíos en Alemania y particularmente en Estados Unidos, dado que dos de los asesores más cercanos de Woodrow Wilson eran conocidos como ávidos sionistas; también esperaban animar el apoyo de la gran población judía en Rusia.

Lloyd George, en sus Memorias publicadas en 1939,una lista de nueve factores que motivaron su decisión como Primer Ministro para emitir la declaración,incluyendo la opinión de que una presencia judía en Palestina fortalecería la posición de Gran Bretaña sobre el canal de Suez y reforzaría el camino hacia el dominio imperial de Gran Bretaña en la India.Lloyd George dijo a la Comisión Real Palestina en 1937 que la declaración fue realizada «debido a razones propagandísticas [...] en particular, la simpatía judía confirmaría el apoyo de los judíos estadounidenses, y haría más difícil para Alemania reducir sus compromisos militares y mejorar su posición económica en el frente oriental


Aprobaciones
Abril a junio: Discusiones aliadas
Según Schneer, Sykes tenía como objetivo la movilización del sionismo a la causa de la soberanía británica en Palestina para tener argumentos, para poner a Francia en apoyo de ese objetivo. En este punto, los sionistas todavía ignoraban el acuerdo Sykes-Picot, aunque tenían sus sospechas. En cuanto a los árabes, citando a Stein (de las notas de Sokolow de la reunión), Schneer escribe que Sykes dijo que «Los árabes declaraban que el lenguaje debía ser la medida [por la que debía determinarse el control de Palestina] y [por esa medida] podían reclamar toda Siria y Palestina. Sin embargo, los árabes podrían ser manejados, sobre todo si recibían el apoyo judío en otros asuntos».​

El Gabinete de guerra había acordado previamente permitir que un destacamento de tropas musulmanas francesas acompañara a las fuerzas británicas cuando finalmente entraran en Palestina. Los franceses eligieron a Picot como Alto Comisionado francés para el pronto territorio ocupado de Siria y Palestina. Los británicos designaron a Sykes como oficial político principal de la Fuerza Expedicionaria Egipcia. El 3 de abril de 1917, Sykes se reunió con Lloyd George, Curzon y Hankey para recibir sus instrucciones a este respecto, a saber, mantener a los franceses de su lado mientras presionaba por una Palestina británica y «el Primer Ministro sugirió que Sir Mark Sykes no debería comprometerse políticamente con los árabes, y particularmente ningún compromiso con respecto a Palestina».

En el camino hacia oriente, Sykes primero fue a Francia, llegando algunos días después de Sokolow, quien mientras tanto se había encontrado con Picot y otros funcionarios franceses (según Schneer, cada uno de parte de Sykes y de Picot, representando a su gobierno respectivo, tratando de socavar el acuerdo Sykes-Picot a expensas del otro. «Los franceses están decididos a tomar la totalidad de Palestina», informó Sokolow a Weizmann) y luego convencieron al Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia de aceptar para su estudio una declaración de objetivos sionistas, sus «desiderata con respecto a facilidades de colonización, autonomía comunal, derechos de lengua y el establecimiento de una compañía legalmente constituida judía».

La posición francesa respecto a Palestina (y al Levante) durante la preparación de la Declaración Balfour fue dictada en gran parte por los términos del acuerdo Sykes-Picot y se complicaron a partir del 23 de noviembre de 1915, al aumentar la conciencia francesa de las conversaciones británicas con el Jerife de La Meca.La participación de Italia en la guerra, guiada por el Tratado de Londres, condujo finalmente al Acuerdo de Saint-Jean-de-Maurienne en abril de 1917; en esta conferencia, Lloyd George había planteado la cuestión de un protectorado británico de Palestina y la idea «había sido recibida muy fríamente» por los franceses y por los italianos. El Gabinete de guerra, al revisar esta conferencia el 25 de abril, «se inclinó a la idea de que tarde o temprano el Acuerdo de Sykes-Picot tendría que ser reconsiderado [...] No se deben tomar medidas en ese momento sobre ese asunto».

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