LaS 200 HECTÁREAS CEDIDAS A china PARA QUE INSTALE UNA BASE de
telemetría para misiles intercontinentales y cañones de Pulso contra Satélites
Rusos o Norteamericanos.
¿¿ SERÁ EL PRECIO A PAGAR POR ALGUNAS VILES
INVERSIONES DE LA POTENCIA ASIÁTICA, CONCESIÓN DE SOBERANÍA DEL SUELO PATRIO,
QUE NOS CONVERTIRÁN EN TRAIDORES DE NUESTROS HÉROES LIBERTADORES COMO SAN
MARTÍN Y BELGRANO Y NOS EQUIPARAN AL JUDAS BÍBLICO, QUE ENTREGÓ A NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO POR TREINTA MONEDAS DE PLATA
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La controvertida base militar china en la
Patagonia ya está lista para operar.
La historia detrás de CLTC, la “empresa estatal” que deberá administrar el cuartel “científico”. Las capacidades de la superantena instalada en Neuquén.
La historia detrás de CLTC, la “empresa estatal” que deberá administrar el cuartel “científico”. Las capacidades de la superantena instalada en Neuquén.
Satellite Launch and Tracking Control General
(CLTC). Así se identifica la empresa “estatal y popular” que tendrá como misión
administrar la extensa y supertecnológica base que China logró establecer en la
Patagonia argentina. El cuartel “científico” ya está listo para comenzar a
operar, aunque todavía no esté esclarecido a qué dedicará sus jornadas
laborales durante el medio siglo que durará la concesión y qué control ejercerá
el estado nacional.
Desde hace 30 años CLTC, la “empresa” en cuestión, depende en forma directa del poder central del régimen chino: el Ministerio de Defensa. Fueron pues los propios ingenieros y científicos del Ejército quienes diseñaron la base e indicaron qué tecnología se requeriría según los objetivos que persiguiera Beijing, aún ocultos para las autoridades argentinas. También responde a la Comisión para la Ciencia, la Tecnología y la Industria para la Defensa Nacional.
Desde hace 30 años CLTC, la “empresa” en cuestión, depende en forma directa del poder central del régimen chino: el Ministerio de Defensa. Fueron pues los propios ingenieros y científicos del Ejército quienes diseñaron la base e indicaron qué tecnología se requeriría según los objetivos que persiguiera Beijing, aún ocultos para las autoridades argentinas. También responde a la Comisión para la Ciencia, la Tecnología y la Industria para la Defensa Nacional.
La central china, construida bajo el pretexto de
la exploración espacial y el lanzamiento de satélites, tendrá también capacidades
que van más allá de lo científico o astronómico. No sólo se dedicará a mirar
las estrellas. Con sus cuarteles generales en Beijing, CLTC nació en 1986 bajo
el aura total del Ejército de Liberación Popular de China. Por aquel entonces,
sus bases se dedicaban al enlace y logística, pero también a la telemetría, el
control y el seguimiento. La interceptación de las comunicaciones siempre
resultaron claves para CLTC.
Pero además, el director a cargo de CLTC también es el responsable del Departamento General de Armamentos del Ejército chino. Esta dependencia oficial resulta clave para las fuerzas armadas del gigante asiático en su carrera armamentística. Es la que le provee alertas y notificaciones sobre la actividad en el espacio aéreo. También la que la abastece de nuevas tecnologías.
Pero además, el director a cargo de CLTC también es el responsable del Departamento General de Armamentos del Ejército chino. Esta dependencia oficial resulta clave para las fuerzas armadas del gigante asiático en su carrera armamentística. Es la que le provee alertas y notificaciones sobre la actividad en el espacio aéreo. También la que la abastece de nuevas tecnologías.
¿La base en la Patagonia servirá para la primera
de las funciones? ¿Interceptará comunicaciones y datos de otros países? La
superantena que se instaló en tiempo récord en el predio de 200 hectáreas en la
pequeña localidad de Bajada del Agrio en Neuquén y que ya está lista para
operar sería una tentación para cualquier militar que pretendiera conocer las
comunicaciones de otras superpotencias. Una orden directa sobre CLTC sería
obedecida automáticamente.
Aunque en febrero de 2015 la ex presidente
Cristina Kirchner y su par Xi Jinping intentaron encuadrarlo dentro de un
simple acuerdo bilateral -lo que resulta obvio ya que no se registraron
invasiones chinas al sur argentino-, lo cierto es que la instalación de esa
central en Neuquén otorga unas facilidades inéditas para otro país en
territorio soberano: 50 años de explotación en solitario, con nula
participación argentina y sin el pago de un peso en concepto de impuestos.
El levantamiento de esa base militar de China en
suelo argentino generó una gran preocupación en Europa y los Estados Unidos. El
uso militar que se le dará al lugar es lo que despertó las alarmas en lo más
alto de la Unión Europea y Washington.
Otro dato que llama la atención es lo reservado
y el secretismo que rodea al área ocupada por el Ejército de Liberación
Popular. Sólo personal autorizado por Beijing (militares y miembros del régimen
chino) tendrán acceso a las instalaciones. Ningún argentino podrá ingresar a
supervisar obras o saber qué ocurre en el misterioso predio. Ahora, el gobierno
de Mauricio Macri deberá definir si permite que la antena se ponga en
funcionamiento. Sobre todo si le cree a Beijing cuando le aseguran vía
diplomática, que no es su intención hacer un uso militar de la base y que sólo
pretenden mirar las estrellas.
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