domingo, 28 de mayo de 2017

DOS HISTORIAS

PRIMERA

HISTORIA
Hace ya muchos años, Alphonse Gabriel ("Al") Capone era el dueño virtual de la ciudad de Chicago. Su notoriedad se cimentaba en todo lo relacionado con piratería, extorsión, producción ilegal y contrabando de alcohol, prostitución, asesinatos, tráfico de drogas y terrorismo.

Capone contaba con un abogado, apodado "Easy Eddie", muy hábil y astuto en el manejo de las leyes y en manipulaciones legalistas procedimentales, que mantuvieron al gangster fuera de la cárcel durante casi toda su trayectoria. Eddie casi llegó a ser nombrado Magistrado del Supremo.
Para mostrar su aprecio y agradecimiento, Capone le pagaba muy bien no sólo con abultados cheques, sino con comisiones y beneficios especiales. 
Eddie y su familia poseían una mansión que ocupaba toda una manzana, contaba con sirvientes de todo tipo y tenía todas las comodidades de la época. A cambio de ello, prestaba poca o ninguna consideración a las atrocidades que sucedían a su alrededor.
Pero Eddie tenía su "talón de Aquiles": un hijo al que amaba entrañablemente. Estaba siempre muy pendiente de que no le faltara nada: ropas, automóviles, lujos y una buena educación en prestigiosos colegios. A pesar de su relación con el crimen organizado, Eddie se esforzó en enseñar a su hijo la diferencia entre el bien y el mal. Simplemente, deseaba que fuera mejor persona que él.
Pero, con toda su fortuna e influencia, había dos cosas que Eddie no le podía dar a su hijo: ni un buen nombre, ni un buen ejemplo. Ello lo impulsó a enfrentarse con una encrucijada de su vida y así, un día, tomó una valiente decisión: se propuso remediar todo el mal que había hecho.
Eddie decidió cooperar con las autoridades y decir toda la verdad sobre la organización de Al Capone, tratando así de limpiar su nombre y mostrar a su hijo el  significado de la integridad. Para hacerlo, tuvo que ser testigo ante los tribunales en contra de la Mafia, sabiendo perfectamente el precio que tendría que pagar por ello.
Al cabo de un año, la vida de Easy Eddie terminó con una ráfaga de ametralladora en una solitaria calle de Chicago. Le había dado a su hijo el regalo más grande que podía ofrecer.
 La Policía levantó el cadáver y en sus bolsillos encontró un rosario, una medalla y un poema impreso tomado de una revista. 
“Al reloj de nuestra vida
se le dio cuerda una vez.
¿Cuándo habrá de detenerse?
Nadie lo puede saber.
Eres dueño del “ahora”,
vive y ama siempre en él;
no pongas tu fe en el tiempo
que se ha de desvanecer."
SEGUNDA
HISTORIA
Durante la II Guerra Mundial, el teniente de navío Butch O'Hare era un experto piloto de caza embarcado en el portaviones “Lexington”, en el Pacífico. 
Un día, su escuadrón fue enviado a cumplir una misión urgente. Volando ya en formación, Butch vio que habían fallado al llenarle el tanque de combustible y no tenía el suficiente para completar la misión y regresar a bordo.
Butch informó a su jefe quien le ordenó regresar. Pero mientras volaba hacia el portaviones vio algo que le heló la sangre: un escuadrón de cazas japoneses se dirigía hacia la fuerza naval norteamericana que había quedado sin protección aérea.
Olvidando su seguridad personal, Butch cayó en picado sobre la formación japonesa y comenzó a disparar sobre ella, logrando derribar varios aviones antes de agotar su munición. 
Aun así, continuó atacando en un intento de dañar las alas o las colas de los cazas enemigos hasta que el sorprendido y exasperado jefe del escuadrón japonés dio orden de retirarse.
Tras su regreso al “Lexington”, supo que había derribado cinco aviones enemigos y obligado a otros tantos a amerizar. 
Esta acción le valió ser nombrado "As de la Aviacion Naval" de la II Guerra Mundial,  y ser el primer piloto naval que recibió la Medalla de Honor del Congreso de los EE.UU.
Un año más tarde, Butch pereció en combate aéreo a la edad de 29 años. 
Su ciudad natal de Chicago puso el nombre de “O’Hare” al aeropuerto de la ciudad en honor al joven héroe norteamericano. 
Entre las Terminales 1 y 2 se construyó un monumento dedicado a él. 
         Pero, ¿qué tienen que ver estas dos historias entre sí? 
Butch O'Hare era el hijo de "Easy Eddie", el abogado de Al Capone




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