Son casi US$3 millones por día, calculan que por campaña la Argentina pierde US$1.000 millones. El calamar representa el 60 por ciento de la pesca no reglamentada, otras especies, son merluza, merluza negra y abadejo. Las cifras son extremadamente mayores puestas en el mercado.
Hace años que barcos de otros países ingresan a la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA), delimitada por la milla 200, pero en las últimas semanas circularon videos que muestran a más de un centenar de naves flotando sobre territorio nacional. El tema escaló, hasta alcanzar la intervención de las fuerzas de seguridad que lograron capturar 3 buques.
Durante la temporada de pesca de calamar, en los cuatro primeros meses del año, la pesca ilegal capturó, aproximadamente, 480.000 toneladas de esta especie en el Mar Argentino. A nivel local, según la Subsecretaría de Pesca de la Nación en 2019 se pescaron 96.000 toneladas por un valor de US$ 250 millones.
Diversos organismos, entre ellos, la Organización para la Protección de los Recursos del Atlántico Sudoccidental (OPRAS), calculan que por campaña la Argentina pierde US$1.000 millones. El calamar representa el 60 por ciento de la pesca no reglamentada en volumen, y cerca del 50% en valor frente a las otras especies que se capturan: merluza, merluza negra y abadejo.
De acuerdo a la capacidad de las embarcaciones que invaden el caladero argentino – entre 40 y 50 toneladas-, se calcula que se captura alrededor de 4.000 toneladas diarias de calamar.
Las imágenes que registró el capitán del barco San Pedro, Alberto Mendoza el 23 de abril, cuando se disponían a capturar calamar sobre el paralelo 42º sur y el meridiano 58º oeste en el límite interno de la ZEEA, abarcaron un área de más de 40 kilómetros de largo y 11 de ancho, entre las ciudades de Viedma y Puerto Madryn.
Además de apagar el Sistema de Localización Automática, se mueven sin luces de navegación, tapan los nombres y la señal distintiva con lonas o pintura. “Los que más se arriesgan son los que pescan con poteras porque es más fácil darse a la fuga si viene el guardacostas: en 15 minutos levantan el ancla de capa y pueden salir navegando a toda máquina, los de pesca de arrastre necesitan 30 minutos como mínimo”, precisa Mendoza.
Aunque reconoce que la actividad ilegal es normal, destaca que “no era habitual ver tanta cantidad, contamos más de 95, y tampoco la distancia; nunca habíamos visto ingresar a 10 kilómetros de nuestro mar”, dice sorprendido y asegura que cuando realizó la filmación “parecía una zona liberada”.
Se trata de unidades que trabajan al margen de cualquier regulación. Que atentan contra nuestra soberanía al capturar una diversidad de especies transzonales, como calamar illex y abadejo, entre otros recursos preciados del Mar Argentino.
Custodia
Luego de corroborar la infracción por parte de un buque extranjero se abren dos caminos: la nave colabora o intenta escapar y se activa la “persecución en caliente”, prevista en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar. En todos los casos participa un juez federal en tierra.
“El procedimiento se realiza en forma ininterrumpida y con acciones disuasorias hacia el infractor hasta que deponga su actitud”, explica el capitán de navío, Rodrigo Martín Arriegues, director de Intereses Marítimos de la Armada Argentina.
El pesquero portugués “Calvao” y el chino “Hong Pu 16” fueron escoltados hasta el puerto de Bahía Blanca, mientras que Lu Rong Yuan Yi 668, que permanecía prófugo desde el 28 de abril, se entregó a la Prefectura Argentina y fue vigilado hasta su fondeo en Puerto Madryn la semana pasada. Todos están a disposición de la justicia que actúa de acuerdo a la violación al Régimen Federal de Pesca Argentino (ley 24.922).
Desde los años 90 hasta ahora, empresas españolas se fueron quedando con el negocio de la pesca: flota de altura, plantas de fileteo en tierra. A raíz de la sobrepesca y la pesca incidental, en 2006 el caladero argentino estaba prácticamente vacío, extinguiendo la especie de merluza hubbsi y 30.000 trabajadores perdieron su empleo. Luego del cierre del caladero por dos años, el recurso se fue recuperando.
Multas
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación, reconocen que las multas de entre 5 y 10 mil millones de pesos, -35 toneladas de calamar-, están desactualizadas.
Por otro lado, señalan que “el Reino Unido sigue adoptando medidas unilaterales en relación con las licencias de pesca”; por eso analizan la conveniencia de continuar con el intercambio de información en las reuniones del Subcomité Científico de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur.
Peligro en el mar
El pesquero chino Lu Rong Yuan Yu 668, que se dio a la fuga tras ser perseguido por la Prefectura Naval Argentina, poseía la misma identificación que el Lu Yan Yuan Yu 016, otro barco pesquero chino.
Hay embarcaciones que permanecen en alta mar, sin tocar puerto, por mas de dos años, aprovechando la asistencia de los ‘reefers’ o barcos nodriza, los que proveen de combustible, alimento, cambio de tripulaciones y/o reciben la captura en sus cámaras frigoríficas.
Ana Belén Ehuletche
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