viernes, 29 de marzo de 2019

Movimiento Obrero


Esta categoría agrupa a las diversas organizaciones que respondían, dentro del frente de los trabajadores, a las diversas OPM, tales los ejemplos de la JTP (Montoneros) y Peronismo de Base (FAP). A su vez, por su relación directa con diversas OPM, incluimos como una categoría diferenciada al Clasismo. A ella se suman diversas agrupaciones sindicales, como las del Partido Comunista y la CGT de los Argentinos, que completan el encuadre sindical más radicalizado. La inclusión de las diversas organizaciones y prensas obrera desde 1955 hasta los años setenta aporta documentos, posicionamientos y debates de enorme importancia para reflexionar y comprender las décadas siguientes. Finalmente, la inclusión de la Juventud Sindical Peronista (JSP) importa en tanto constituyó uno de los enemigos declarados de las OPM y sus frentes de masas dentro de los trabajadores.

El movimiento obrero argentino tiene una larga y compleja historia de luchas. Con el movimiento independentista comenzó la abolición de la servidumbre y la encomienda a que estaban sometidos los indígenas y la esclavitud a que estaban sometidos las personas secuestradas en África y sus descendientes, por el Imperio español. Los gauchos llevaron adelante una lucha contra los estancieros por la tierra y el ganado cimarrón, que fue recogida por una literatura gauchesca basada en valores de justicia social y solidaridad.

Las organizaciones obreras comenzaron a crearse poco después de la mitad del siglo XIX, tanto por la comunidad de obreros afroargentinos como por grupos socialistas y anarquistas llegados en la gran ola de inmigración, primero como mutuales y luego como sindicatos. En el curso del siglo XX desarrolló grandes y poderosos sindicatos de industria que pusieron a la clase obrera como protagonista de la historia argentina y al mismo tiempo fue objeto de grandes persecuciones y matanzas. A partir de 1943 los sindicatos influyeron fuertemente en la formación del peronismo, accediendo al poder político en varias ocasiones. Desde fines del siglo XX, la globalización ha afectado al movimiento obrero argentino e impulsado nuevas iniciativas y debates con el fin de reorganizarse para los nuevos desafíos que enfrentan los trabajadores en el siglo XXI.

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La Confederación General del Trabajo de la República Argentina o CGT es una central obrera fundada el 27 de septiembre de 1930 como resultado de un acuerdo inicial entre socialistas y sindicalistas revolucionarios, al que luego se sumarían los comunistas, y que se originó a partir de la fusión de dos centrales preexistentes: la Unión Sindical Argentina (USA), continuadora de la FORA del IX Congreso y la Confederación Obrera Argentina (COA).

En la década del 30 Argentina comenzó a desarrollar una considerable estructura industrial. En ese contexto la CGT se convirtió en una amplia organización de masas construida sobre la base de poderosos sindicatos de rama, y se presentó como central única frente a la cada vez más reducida presencia de la central anarquista, la FORA del V Congreso que terminó diluyéndose en el curso de esa década. Por entonces la CGT estaba principalmente sostenida en los sindicatos ferroviarios, la Unión Ferroviaria y La Fraternidad.
Entre los principales dirigentes del período se encontraban José Domenech (Unión Ferroviaria), Ángel Borlenghi (Confederación General de Empleados de Comercio) y Francisco Pérez Leirós (Unión de Obreros Municipales).

La sede de la CGT en 1953.
En 1935 los dos sectores principales socialista y sindicalista revolucionario se enfrentaron duramente causando la división de la central en dos: CGT-Independencia (socialistas y comunistas) y CGT-Catamarca (sindicalistas revolucionarios). Esta última, en 1937 refundó la Unión Sindical Argentina.

En 1942 la CGT volvió a dividirse en dos:
la CGT Nº1, dirigida por el socialista José Domenech, agrupaba la mayoría de los sindicatos socialistas, incluidos los estratégicos sindicatos ferroviarios.
la CGT Nº2, dirigida por el también socialista Francisco Pérez Leirós, agrupaba a los sindicatos comunistas (construcción, carne, gráficos), y a algunos importantes sindicatos socialistas como la Confederación General de Empleados de Comercio (Borlenghi) y la Unión de Obreros Municipales (Pérez Leirós).
Tras el golpe de estado de 1943, la gran mayoría de los dirigentes socialistas agrupados en la CGT Nº1 y Nº2, los sindicalistas revolucionarios agrupados en la USA, y algunos comunistas (como los síndicatos de los gráficos y los petroleros) apoyaron las políticas pro-obreras del Ministro de Trabajo Juan Domingo Perón.1​ Cuando éste fue encarcelado, la CGT planteo un paro general para el día 18 de octubre, que ante la impaciencia popular devino en el 17 de octubre de 1945, una importante manifestación popular en la Plaza de Mayo, que logró su liberación y el llamado a elecciones democráticas.

En esas condiciones la CGT volvió a establecerse como central sindical unitaria, debido a la incorporación de muchos sindicatos que se encontraban en la CGT Nº2 (disuelta por el gobierno militar) y de la USA.
De cara a las elecciones, los sindicatos organizaron el Partido Laborista, que resultó decisivo para el triunfo del peronismo, obteniendo el 52.84% de los votos que obtuvo la alianza que sostenía la candidatura de Perón.

Luego de las elecciones de 1946, Perón unificó los tres partidos que lo apoyaban (Partido Laborista, Unión Cívica Radical Junta Renovadora y Partido Independiente) en el Partido Peronista.
La CGT se convirtió entonces en la «columna vertebral» del movimiento peronista, y uno de sus dirigentes, el socialista Ángel Borlenghi, fue nombrado en el estratégico Ministerio del Interior, el segundo cargo en importancia después de la vicepresidencia, mientras que otro de ellos, Juan Atilio Bramuglia (abogado de la Unión Ferroviaria) fue designado Ministro de Relaciones Exteriores.
La CGT durante los funerales de Evita.
En 1950 se modificó el preámbulo de la CGT con este texto: “…que la Doctrina Peronista magistralmente expuesta por su creador el general Juan Perón, define y sintetiza las aspiraciones fundamentales de los trabajadores argentinos, y les señala la verdadera doctrina con raíz y sentido nacional, cuya amplia y leal aplicación ha de forjar una Patria justa, libre y soberana”.

El Congreso Extraordinario de 1950 de la CGT procuró el aumento del control de los sindicatos por parte de la entidad y aprobó una resolución encomendando a las organizaciones afiliadas y a los trabajadores en general, la eliminación de los elementos comunistas, francos o encubiertos, eliminándolos de los puestos de conducción e impidiendo que puedan ejercer su perniciosa influencia en el medio obrero.​

En 1955 un sangriento golpe militar, la Revolución Libertadora, derroca a Perón y prohíbe la actividad del sindicalismo peronista, ampliamente mayoritario. La CGT inicia entonces una larga etapa de resistencia, para reorganizarse en la clandestinidad, y forzar la anulación de la proscripción del peronismo y el regreso de Perón al país. Durante la década del 60 algunos de sus dirigentes (Vandor) intentan desarrollar sin éxito un peronismo sin Perón.

En 1966 una parte importante de la CGT vio con agrado el golpe de estado contra Arturo Umberto Illia que dio origen a la Revolución Argentina, pero no logró concretar un acuerdo estable con el dictador Juan Carlos Onganía, quien se inclinó por consolidar la alianza con los sectores tradicionales del poder económico, contrarios a la existencia de empresas del estado y del sector industrial en Argentina, donde se encontraban las bases de los sindicatos de la CGT. En 1968 la CGT se dividió durante un par de años al formarse la CGT de los Argentinos dirigida por Raimundo Ongaro, con una posición más definidamente antiimperialista y contraria al régimen militar.

En el mismo período, la violencia política se acentuó y aparecieron varias organizaciones guerrilleras, entre ellas Montoneros de origen cristiano-nacionalista-peronista, uno de cuyos blancos sería "la burocracia sindical" de la CGT, asesinando a varios dirigentes sindicales, entre ellos 1969 a Augusto Timoteo Vandor (secretario general del poderoso sindicato metalúrgico) y a dos de sus secretarios generales: en 1970 a José Alonso y en 1973 a José Ignacio Rucci.

En 1975 la CGT se afilió a la socialdemócrata Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), que en 2006 se fusionaría con la CMT para crear la Confederación Sindical Internacional.

El 24 de marzo de 1976 se produjo el golpe militar que dio origen a la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional. Aproximadamente 30.0003​ opositores resultaron "desaparecidos" y muchos más encarcelados y torturados en cientos de centros clandestinos de detención.

A partir del golpe militar de 1976 y el Terrorismo de Estado muchos de los dirigentes de la CGT y sus militantes de base fueron desaparecidos. Los grandes sindicatos son intervenidos y sus dirigentes encarcelados o desaparecidos. La CGT es primero intervenida y luego legalmente disuelta. Pese a ello el sindicalismo se reorganizó en dos sectores: a) un sector "confrontacionista" con la dictadura, llamado primero "los 25" y luego CUTA y CGT-Brasil; y b) un sector "dialoguista" con la dictadura llamado primero CNT y luego CGT-Azopardo.

El 27 de abril de 1979 "Los 25" declaran la primera de una serie de huelgas generales contra la dictadura. En noviembre de 1980 "Los 25" reconsituyen la CGT pese a su ilegalización explícita, siendo conocida como CGT-Brasil. El 22 de julio de 1981 se realizó la segunda huelga general contra el gobierno militar declarada ahora por la CGT-Brasil. El 7 de noviembre la CGT-Brasil convoca a la primera manifestación abierta contra la dictadura aprovechando la tradición anual de marchar hacia la iglesia de San Cayetano (Santo del Trabajo). El 30 de marzo de 1982 decenas de miles de personas respondieron a la convocatoria de la CGT-Brasil para exigir democracia en la Plaza de Mayo y varias otras ciudades del país. La movilización generó una severa represión, con miles de detenidos y un grave deterioro del régimen militar. Acorralado, dos días después el régimen militar daba la orden de tomar las Islas Malvinas.

La derrota en la Guerra de las Malvinas produce el colapso del régimen militar y la convocatoria a elecciones democráticas, en las que triunfa Raúl Alfonsín, derrotando al peronismo mediante una campaña en la que lo acusa de promover un pacto militar-sindical. Al comenzar su gobierno Alfonsín decide enfrentar frontalmente a la CGT. Una de sus primeras medidas es enviar al Parlamento una nueva ley sindical que no había sido consultada ni consensuada con los sindicatos. La CGT responde con una sucesión de huelgas generales (13 en total) que terminaron por debilitar al gobierno. Al no contar con mayoría en el Senado, Alfonsín debilitado, resuelve modificar su estrategia inicial y negociar con la CGT, resultando una ley sindical de consenso que fue aprobada por unanimidad en ambas cámaras del Parlamento.

El gobierno de Alfonsín termina anticipadamente en 1989 en medio de una incontrolable hiperinflación. La CGT participa en la campaña electoral del candidato peronista triunfante Carlos Saúl Menem llevando un programa de tipo popular-nacionalista de veintiséis puntos que proponía entre otras cosas, la moratoria de la deuda externa.

Al llegar al poder (1989) Ménem produce un sorpresivo viraje político adhiriendo plenamente a las nuevas políticas neoliberales que promovía el "Consenso de Washington". Esto produce un enorme debate en el interior de la CGT, afectada en su tradicional papel de "columna vertebral" del peronismo. La CGT entonces se divide en cuatro grandes grupos: a) Los que proponen apoyar a Ménem y sus políticas neoliberales (menemistas, como Barrionuevo); b) Los que proponen negociar sin enfrentarlo abiertamente (los gordos: Comercio, bancarios, etc.); c) Los que proponen enfrentarlo sin romper la CGT (el MTA-Moyano); d) Los que proponen enfrentarlo formando una nueva central sindical. Estos últimos de tendencia peronista-cristianos, se separan de la CGT y forman la CTA.

La CGT, aunque claramente mayoritaria, ha debido resignar en los últimos tiempos el monopolio de espacio sociolaboral, para comenzar a compartirlo, al menos parcialmente, con la nueva central sindical (la CTA) y las organizaciones de desempleados de izquierda y social-cristianos (piqueteros) que han protagonizado fuertes enfrentamientos callejeros y sociales en los últimos años.

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La Juventud Sindical es una creación del propio aparato sindical. Puede ser que haya nacido en 1971 pero cobra vigencia política- pública a partir de 1973 y después de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). Nace como respuesta a la JTP. Así como la JTP nació de la política de Montoneros, la Juventud Sindical nace como una corriente destinada a defender el viejo aparato gremial existente en ese momento. Esa es la diferencia de fondo entre una y otra. Son hijos de los sindicatos. Y actúan en función de esos sindicatos. La JTP actuaba para construir sindicatos o pelear la conducción con esos sindicatos.
Aparte de eso, el otro elemento es que la JSP no tenía autonomía de las necesidades políticas de las respectivas conducciones políticas de los gremios. Hoy en día creo que tiene mucha más autonomía esta Juventud Sindical que la de los años 70. Como actuaban bajo la cobertura de los sindicatos, cosas de las que los gremios no querían comprometerse, no tuvo muchas definiciones políticas, era más cercana a una fuerza de choque de los aparatos burocráticos sindicales que a una posición de construcción política.
A nivel sindical, los dos aparatos sindicales más fuertes  vinculados a la conformación de la Triple A, era uno dirigido por Ponce en Bahía Blanca, él tenía un fuerte vínculo con los aparatos que actuaban en la Triple A, en consecuencia es probable que la Juventud sindical de ese gremio, también tuviera vínculo con la Triple A o usara el nombre de la Triple A. La otra es que Rucci tenía vínculos en el origen de la Triple A, también es probable que en el grupo de la UOM se vincularan.

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Juventud Trabajadora Peronista
El desplazamiento del general Juan Carlos Onganía y su reemplazo por el general Roberto Marcelo Levingston no representó una solución al elevado nivel de conflictividad popular. Los levantamientos populares se sucedieron: el Mendozazo, el Rosariazo, El Viborazo, obligaron al general Alejandro Agustín Lanusse, a ponerse personalmente al frente del gobierno dictatorial.
En ese marco de efervescencia popular, las "formaciones especiales" del peronismo llevaron a cabo impactantes operaciones político-militares:
  • La quema de 13 supermercados Minimax en repudio a la visita de Rockefeller (FAR).
  • El secuestro y asesinato del general Pedro Eugenio Aramburu por su participación en el golpe del 55 y el fusilamiento del General Juan José Valle en el 56 (Montoneros).
  • El copamiento de la localidad de Garín, provincia de Buenos Aires (FAR);
  • El copamiento de la localidad de La CaleraProvincia de Córdoba (Montoneros).
Fusiones y reorganizaciones provocaron entre 1970 y 1972 que las distintas organizaciones menores confluyeran en grandes agrupamientos que ya tenían entre sí coincidencias y diferencias muy marcadas:
Todo el sector juvenil del peronismo de izquierda confluyó en dos estructuras principales:
Juventud Peronista de las Regionales como estructura territorial, Juventud Universitaria Peronista (JUP) en las universidades, con su estructura sindical (Juventud Trabajadora Peronista-JTP), estructura femenina (Agrupación Evita) y una estructura a nivel de la educación secundaria (Unión de Estudiantes Secundarios -U.E.S.), con fuerte presencia en los Centros de Estudiantes de los colegios secundarios más importantes de la Argentina. Posteriormente se crearían: Movimiento Villero Peronista y Movimiento de Inquilinos Peronistas, entre otras, aunque ninguna tuvo la relevancia cuantitativa de las dos primeras. 
Con menor desarrollo cuantitativo, y respondiendo a las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) se creó el Peronismo de Base(PB).
Agrupados en una ideología nacionalista en algunos casos, y en otros al fascismo o incluso al nazismo antisemita, los restantes sectores juveniles se subsumieron en las siguientes estructuras:
  • Juventud Peronista de la República Argentina (JPRA);
  • Concentración Nacional Universitaria (CNU);
  • Comando de Organización Peronista (CdeO).
Además de estos sectores, había otras organizaciones, conocidas como sectores ortodoxos, que se mantuvieron en una posición intermedia:
  • Mesa del Trasvasamiento Generacional, confluencia del Movimiento de Bases Peronistas, FEN, Guardia de Hierro, así como otras organizaciones del interior de la República Argentina. De esta confluencia surgen las Brigadas de Juventud Peronista (organizada en regiones, de forma similar a la JP de la Tendencia revolucionaria), el FEN-OUP (ámbito universitario), la Juventud Secundaria Peronista, y el Frente Principal (que nucleaba a los sectores peronistas que no formaban parte de los extractos juveniles), esta estructura que llegó a ser después de la Tendencia, la más numerosa en cantidad de cuadros, militantes e integrantes.
  • Encuadramiento de la Juventud Peronista, que mantuvo su identidad e hizo una política de alianzas con distintos sectores.
En cuanto a la Juventud Sindical Peronista, fue la estructura juvenil que los gremios agrupados en las 62 Organizacionescrearon como respuesta a la aparición de la JTP, a la que evaluaban infiltrada por la ideología marxista de las organizaciones armadas.

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Agustín «Gringo» Tosco (Coronel Moldes, Córdoba, Argentina, 22 de mayo de 1930 – 5 de noviembre de 1975)fue un dirigente sindical argentino del gremio de Luz y Fuerza, ideología marxista, miembro de la CGT de los Argentinos y uno de los principales actores del Cordobazo.
La trayectoria de Agustín Tosco cruza la década del setenta como una referencia ineludible de la vanguardia obrera que entró en la escena política nacional el 29 de mayo de 1969. El Cordobazo, protagonizado por obreros y estudiantes no solo asestó un golpe mortal a la dictadura del general Onganía, sino que abrió una etapa de ascenso sostenido de los trabajadores frente al régimen capitalista en la Argentina y Tosco fue figura fundamental de esta semi-insurrección en la provincia mediterránea.

Nacido el 22 de mayo de 1930 en Coronel Moldes, un pueblo a 80 kilómetros de la ciudad de la capital provincial, Tosco se fue formando como dirigente desde muy joven. Cuando cursaba el ciclo básico industrial en la Escuela de Trabajo Presidente Roca fue elegido Presidente del centro de estudiantes. También realizó estudios en la Escuela de Artes y Oficios y en la Universidad Tecnológica de donde egresó como técnico electromecánico.

También desde muy joven comenzó a trabajar. Sus primeros pasos en el gremio de toda su vida, Luz y Fuerza, los dio como ayudante electricista en el taller de la empresa energética provincial. A los 19 años fue elegido subdelegado y al año siguiente se convirtió en delegado de su lugar de trabajo.

En el año 1952, cuando el general Perón transitaba ya un segundo período de gobierno, Tosco es electo secretario general del Cuerpo de Delegados de Luz y Fuerza y ya en el año ‘53 va a acceder a la Secretaría General del gremio en el ámbito de la provincia.

En estos años de su juventud se fue fogueando y a la vez moldeando sus posiciones políticas. También fue en estos años en que va a conocer la cárcel. En 1957, ya como dirigente de su gremio, es detenido en Misiones cuando se encontraba apoyando a los trabajadores de esa provincia. Y su figura comienza a tomar dimensiones nacionales con la resistencia al golpe militar que derroca al Presidente Illia. El 27 de junio de 1966 el general Juan Carlos Onganía asume la Presidencia de la Nación. Mientras Perón desde Madrid, ante el nuevo dictador, larga la consigna “desensillar hasta que aclare”, Tosco va a condenar el golpe y será uno de los principales dirigentes obreros que enfrentará a la dictadura.

La burocracia sindical peronista, aprovechando el aire que Perón le da a Onganía, buscará entenderse con el gobierno militar. Así surge un sector, encabezado por Augusto Timoteo Vandor, secretario general de la UOM, que se conocerá como los “participacionistas”. Vandor era uno de los burócratas que proyectaba “un peronismo sin Perón”. Este proyecto no prosperó, en parte por que Perón alineó a la burocracia junto a él y porque la resistencia obrera fue en aumento.

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